A nadie se le escapa la importancia de los próximos días para el futuro del recién instalado gobierno. A menudo, la calidad de los primeros movimientos, la configuración del juego puede ser la mitad del juego. Y aquí en la agenda del nuevo Primer Ministro, Giuseppe Conte, los expedientes en llamas están subrayados en rojo, tiene muchas opciones. Entre estos, sin embargo, destaca uno en particular: la aplicación de la nueva ley sobre la renovación de la alta dirección de Rai, que expira a finales de este mes.
Este periódico escribió mucho al respecto, pero cuando las dificultades para formar un nuevo ejecutivo parecían insuperables. Ahora, sin embargo, el escenario ha cambiado y poco después en Viale Mazzini se sentarán el nuevo Director Ejecutivo (ya no Gerente General) y un nuevo Presidente con la junta directiva relativa. Como se sabe, estará compuesto por siete miembros: 4 de fuentes parlamentarias (dos de la Cámara y dos del Senado), dos de fuentes gubernamentales y uno elegido entre los empleados de Rai. El 31 de mayo se cerraron las postulaciones de quienes serán propuestos por las Cámaras, así como del propuesto por los empleados que deberán ser elegidos con referéndum interno.
¿Por qué la designación de los nuevos líderes de Viale Mazzini adquiere un significado particular, precisamente en la apertura del juego político, al inicio de la legislatura? Por una razón simple y fundamental: el Servicio Público de Radio y Televisión, directa e indirectamente, participa sustancialmente en la formación de consensos entre los ciudadanos. No es el único creador, y de hecho en los últimos años hemos asistido y asistimos al surgimiento de otra dinámica capaz de sacudir seriamente los códigos, lenguajes, comportamientos y percepciones de la acción política. Estamos hablando de la Web, de las redes sociales, de las distintas aplicaciones que han sustituido parcialmente a las asambleas, los mítines, los encuentros en las secciones. Rai, por tanto, está en buena compañía en este proceso y, debido a la posición de importancia estratégica que ocupa, su "control" contribuye no poco a determinar la percepción de la labor del nuevo Gobierno. Por lo tanto, parece evidente que abordar este "problema" de inmediato y tratar de resolverlo de la mejor manera posible es un movimiento estratégico para el nuevo gobierno.
Dicho en estos términos, se trata sobre todo de garantizar la necesaria gobernanza de la Concesionaria, pero también se trata de configurar correctamente la nueva lógica de Rai de acuerdo con las nuevas reglas. Cuáles son las apuestas principales: esencialmente dos. El primero es el papel, la misión, del servicio público de radio y televisión en el futuro próximo y, en consecuencia, la representación de la sociedad que deberá reflejar. Son dos tareas ciclópeas. Sobre lo primero hemos escrito mucho: una especie de revolución copernicana comenzará ya el próximo mes de septiembre con la aplicación de las directivas comunitarias sobre la reasignación de frecuencias en torno a los 700 Mhz. Es probable que no tenga impacto en las elecciones estratégicas de Viale Mazzini a corto plazo, pero en el fondo se vislumbra la madre de todas las batallas, cuyo desenlace también podría ser devastador: el fin de la televisión digital terrestre. . En los días recientes El guardián informó la noticia de un posible escenario de "salida de la TV" que involucra a la BBC, precisamente ante la necesidad de contrarrestar la hemorragia de espectadores, especialmente jóvenes, a favor de Netflix, Amazon y otros como ellos.
Para atenernos a un calendario más cercano, la próxima Junta Directiva encontrará la agenda repleta de los compromisos que plantea la aplicación del Contrato de Servicios recientemente renovado justo en la recuperación de otoño: habrá que presentar el nuevo plan de negocio y el plan editorial, junto con el canal en inglés y el institucional. Realmente no parece algo barato. Y aquí se compone el cuadro y se entienden bien los pesos que tendrán que poder levantar los nuevos directores.
Los cuatro primeros, elegidos por las Cámaras, serán inevitablemente el resultado de complejas negociaciones entre los partidos y no está nada claro si se intentará lograr un equilibrio entre la mayoría y la oposición. Puede ocurrir que las partes que apoyan al Gobierno quieran extender su control directamente sobre la Concesionaria. En los procedimientos de presentación de solicitudes, ¿no se ha especificado de alguna manera cómo se evaluarán estas: nota de grado, experiencia previa como administrador u otra cosa? Entre los muchos que se han nominado a sí mismos, hay nombres importantes y autorizados y, entre estos, pocos de ellos son absolutamente "neutrales". El caso de los nombres que compiten entre los empleados de Rai es diferente. Cualquiera podía ser candidato con 150 firmas o con el apoyo de organizaciones sindicales.
Es difícil imaginar que la tarea de los nuevos administradores, tanto los de origen parlamentario como los internos de la Rai, se pueda limitar a la única función de verificación y control. Se necesita algo más que no se puede improvisar. Las habilidades y la historia profesional no se inventan desde cero. Del mismo modo, la complejidad de la sociedad italiana que refleja Rai, para bien o para mal, no puede quedar relegada, una vez más, a una mera alquimia política de conveniencia. El juego está por comenzar, ya veremos.