Desde el estallido de la crisis en 2008 hasta 2016, Alemania ahorró 240 millones de euros gracias al Quantitative Easing del BCE. El equivalente al 7,5% de su PIB. Solo el año pasado, Berlín desembolsó 47 mil millones menos de lo esperado. Esto es lo que se desprende de un estudio del Bundesbank, el banco central alemán.
Sin embargo, en relación con el producto interior bruto, el país que más se ha beneficiado del programa de compra de valores de Eurotower es Italia: un 10,5%, o 175 millones. Francia, Bélgica y Austria también lograron ahorros de alrededor del 10% de sus respectivos PIB.
En total, desde 2008 los gobiernos de la Eurozona han gastado un billón menos de lo previsto gracias a la política monetaria ultralaxa del BCE.
Sobre la base de estos números, al término del último Consejo de Gobierno del BCE, el presidente Mario Draghi recordó que "hasta ahora todos los países de la Eurozona se han beneficiado mucho de esta política monetaria: no hay elementos que puedan justificar ningún tipo de angustia". " .
Palabras que suenan a réplica al establishment alemán, que siempre ha criticado la política del "dinero fácil", acusándola de haber eliminado prácticamente la retribución al ahorro y la rentabilidad de los bancos. Los halcones en Alemania también temen que el exceso de liquidez pueda alimentar burbujas especulativas en el sistema financiero y creen que las economías deben ser competitivas por razones estructurales, sin la ayuda externa del dinero barato.
Por otro lado, en los últimos tiempos el gobierno alemán ha bajado el tono hacia el BCE e incluso el ministro de Hacienda, Wolfgang Schaeuble -abandarte del rigorismo- dijo apreciar la política de Draghi. Tal vez se dieron cuenta de cuánto dinero ha ahorrado su país. O, más simplemente, a estas alturas ya está claro que Angela Merkel ganará las próximas elecciones.
