Fuera de Bolsa para combatir la crisis con inversiones. Es la apuesta lanzada por El gigante editorial alemán Axel Springer que, como hizo Bertelsmann en su momento, ha decidido salir del mercado de Fráncfort para afrontar un reto en varios frentes, empezando por inversiones (empezando por la compra de eBay) que sólo podrán dar sus frutos en un largo, también mucho tiempo para las necesidades de los analistas financieros.
viene de aqui la apuesta editorial del año, posible gracias a la intervención del gigante estadounidense de la privada Kkr que ha decidido compartir la empresa de los herederos de la editorial: resistir el impacto de la ofensiva de Google, el gigante que está a punto de entrar en el mercado del trabajo online anuncios, invadiendo uno de los sectores más rentables del grupo alemán. Es una batalla decisiva por el futuro de la casa, fue el diagnóstico del CEO Mathias Doepfner: los ingresos publicitarios son un activo estratégico para apoyar la independencia de la información, que caracteriza a los diarios del grupo, de El Mundo a Político, de Business Insider al mismo acorazado Bild. Eso sí, visto desde fuera, la situación sigue siendo sostenible, dado que aún se reporta en el primer trimestre un beneficio neto de 55,4 millones (sobre una facturación de 771 millones) pero no hay por qué alegrarse, como demuestra la caída del beneficio (relegada a la página 2 de El Mundo) lanzada por el grupo que pronostica una “disminución significativa de las ganancias en 2020”.
En estos casos, por lo general, la receta es reducir los costos a partir de los costos personales (y de los informes de gastos, la especialidad de los administradores de periódicos). Mathias Doepfner, que también es accionista del 2,8 %, persuadió a la viuda de Springer, la señora Friede (que posee alrededor del 42,6 %) para que escogiera otro camino: forme un equipo con un socio fuerte capaz de soportar el peso de las inversiones necesarios en el tiempo para sostener el impacto de un competidor multimillonario y con una fuerza tecnológica inmensa. así nació combinación con Kohlberg, Kravis y Roberts, el gigante del capital riesgo que ha valorado a todo el grupo Springer en 6,8 millones de euros, poniendo en juego 63 euros por acción, con una prima del 31,5% sobre la cotización media de la acción en Bolsa en los últimos tres meses. Una oferta destinada únicamente al mercado porque tanto Doepfner como Mrs. Springer permanecerán en la capital junto a Kkr que, como es su costumbre, se mueve en una perspectiva de largo plazo.
Así, tomará forma un plan de negocio que, según el consejero delegado, “requiere importantes inversiones en personas, productos, tecnologías y marcas en los próximos años”. La meta es reinventar el grupo a la luz de la revolución digital. La primera etapa podría ser la compra de eBay, la plataforma que podría servir como respuesta a la ofensiva del gigante de Mountain View. Pero será solo el principio porque este movimiento no será suficiente para que el rey de los buscadores desista de su ofensiva, que está destinada a continuar en otros mercados europeos. “Google –comenta Sarah Simon, analista de medios de Berenberg- tiene la intención de hacer que Springer gaste una montaña de dinero este año y luego apuntar a golpear las ganancias de la competencia a partir del próximo año con ofertas muy competitivas”.
En resumen, será una batalla sin límites, que no podría estar respaldada por una acción listada en Bolsa porque la perspectiva es enfrentar, en una fase inicial, posibles pérdidas significativas ante inversiones masivas. Nada que pueda asustar a KKR, que ha aprovechado la oportunidad única y quizás irrepetible de entrar en el juego principal por el control de los medios a un precio a su alcance. Nada que asuste a Frau Springer, de 76 años, quien tendrá derecho de veto en las decisiones estratégicas. O menos Doepfner, el verdadero artífice del trato madurado en las notas musicales, la pasión que le une a Johannes Hut, el número uno de Kkr en Europa y a Philip Freise, el gerente de Kkr que seguirá la inversión, que forma parte de la junta directiva del festival wagneriano de Bayreuth. No es de extrañar, en este contexto, que la compañía del año haya sido nombrada en honor a una obra. Pero no en la Walkiria ni en el Anillo de los Nibelungos sino, curiosamente, en la Traviata de Giuseppe Verdi. Quién sabe, tal vez Frau Friede se sienta un poco Violetta.