La crisis desencadenada por el Covid-19 ha provocado un grave luto y desconcierto entre la población de todo el mundo, obligada a restricciones antinaturales en las posibilidades de movilidad y de relación, así como una crisis económica tan profunda que resulta inimaginable en tiempos de paz. Y, sin embargo, como toda crisis, esta también ofrece oportunidades para salir fortalecidos desde un punto de vista económico, pero también más cohesionados y solidarios tanto a nivel internacional como dentro de los países individuales. Para Italia en particular, también gracias a la solidaridad europea, está abierto una ventana de oportunidad para sanar viejas y nuevas heridas y poder retomar el camino de desarrollo que ahora se encuentra interrumpido desde hace casi treinta años.
Hablar de una "oportunidad única" no es cinismo, sino el deber de todos los supervivientes hacia quienes no han superado la crisis y todos los ciudadanos que han sufrido fuertes restricciones y han visto recortadas sus rentas en una media de un buen 10%. El Gobierno está llamado a una gran prueba para determinar rápidamente cómo gastar recursos que llegan de la UE y resolver la pelea ji tendrá el poder para hacerlo. Pero no es solo el Gobierno el que tendrá que asumir importantes responsabilidades, también es la sociedad civil la que debe movilizarse en sus distintas ramas para aportar ideas y apoyo para poner en marcha lo que se espera sea un gran plan de recuperación y dinamización económica y social, aún más impresionante que el preparado después de la guerra gracias a la ayuda estadounidense del plan Marshall. En esto es verdaderamente digna la iniciativa del Fundación ResPública – Fundación de la cultura política – presidida por Eugenio Belloni con el ex ministro Giulio Tremonti al frente del comité científico, que, haciendo uso de la colaboración de numerosos académicos, empresarios y exponentes válidos de las profesiones liberales, elaboró un documento destinado a ofrecer reflexiones y propuestas reales para iniciar la reconstrucción del país después de la fase de emergencia, con el fin de "crear una nación más próspera".
Es un documento muy extenso (el texto completo se puede encontrar en el sitio web www.fondazionerespublica.org) destinado no solo a los políticos, sino en general a la clase dominante de nuestro país, para que se pueda crear un consenso en torno a algunas opciones fundamentales. que tendrá que hacer en los próximos meses. El documento está dividido en cinco capítulos y ofrece una buena 59 propuestas concretas de acción. Los capítulos cubren el capital humano, un shock fiscal para los negocios, la productividad para el crecimiento, la revolución tecnológica y la inversión pública. Estos son temas que, al menos en términos de títulos, parecen recibir un amplio consenso. Pero en cada punto la Fundación ResPublica ofrece algunas consideraciones originales y propuestas concretas sobre qué hacer y en qué orden de prioridad. Por ejemplo, en la parte tributaria dice claramente que hay que empezar por la reducción de impuestos a las empresas, porque solo así se obtienen los mayores y más duraderos efectos en la recuperación. El IRPF y el IVA sólo deberán revisarse una vez que se haya iniciado la recuperación de la economía y, en todo caso, no se financiarán con déficit, sino que se cubrirán con reducciones de otros beneficios fiscales y con una lucha más eficaz contra la evasión fiscal. En este último sentido, el documento de ResPublica propone la creación de un ministerio para la equidad fiscal e involucrar a los Municipios en la identificación de la pequeña pero generalizada evasión fiscal.
De gran interés son las propuestas relativas a Reforma educativa que pasan un fortalecimiento de los institutos técnicos y títulos de especialista en sectores que tienen perspectivas de mayor crecimiento y en los que ya hay escasez de personas especializadas. Para estimular la competitividad será necesario quitar los frenos a la competencia, especialmente en el sector servicios y mejorar el entorno en el que deben operar las empresas, empezando porel exceso de burocracia y la lentitud e incertidumbres del derecho y la justicia. Para inversiones publicas tal vez se pone demasiado énfasis en la modelo Génovaque sin duda tuvo resultados, pero que parece haber sido muy costoso. Probablemente no sea suficiente eludir el Código de Adquisiciones, pero debe reformarse para que las prácticas sean más rápidas y confiables. Importante es la idea de un plan extraordinario para la mejora del contexto urbano, partiendo de las ciudades más grandes y productivas, pero que ciertamente ahora necesitan un mayor impulso de cambio teniendo en cuenta los efectos que inducirá la epidemia viral.
Hay muchas cosas que hacer, pero eso no debería asustarte. Después de todo, si queremos tener un efecto profundo en los arreglos estructurales de nuestra economía, necesitaremos llevar a cabo simultáneamente una serie de políticas en los principales campos elegidos por el estudio ResPublica, que tengan efectos sinérgicos entre ellos y todos contribuyan a lograr el objetivo prioritario que nuestro país debe darse colectivamente: volver a niveles de crecimiento al menos comparables a los de otros países europeos y abandonar para siempre la incómoda posición de estar en la retaguardia de todas las clasificaciones sobre crecimiento y desequilibrios financieros y sociales.
El estudio no entra en el terreno de quién tendrá que gestionar este plan de reformas e inversiones. Corresponderá a las fuerzas políticas demostrar que la gestión de esta impresionante masa de dinero que llega desde la UE (pero, si somos capaces, también desde el sector de la inversión privada) no es sólo cuestión de poder. Esto ciertamente cuenta, pero hay que esperar que las fuerzas políticas sepan elegir para la búsqueda de consenso no el camino más fácil de las donaciones patronales, sino el más complejo, pero también más sólido y duradero, de centrarse en reformas y modernizaciones reales. por una sociedad robusta y capaz de crear más puestos de trabajo y mayores ingresos.