La industria manufacturera se desacelera en los primeros cinco meses de 2018. Crece, pero menos que a finales de 2017. El Informe de Análisis de Sectores Industriales de Prometeia-Intesa Sanpaolo confirma la desaceleración.
“En los primeros meses de 2018 – explica el resumen del Informe – la facturación manufacturera confirmó su crecimiento, aunque a un ritmo más lento que en los últimos meses de 2017: la tendencia al alza fue del 4.2% entre enero y mayo, valores corrientes, con modesto apoyo a los precios (+1.3%)".
La desaceleración se debe principalmente al mercado interno. El componente extranjero de la facturación es más dinámico, lo que refleja la buena competitividad de Italia en los mercados internacionales, donde todavía ha habido una ganancia en cuotas de mercado.
Casi todos los sectores se caracterizan por un ritmo de crecimiento más moderado respecto a 2017, a excepción de Farmacéutica, con fuertes exportaciones que siempre son motor, y Mecánica, que se beneficia del ciclo inversor. La cadena de suministro de metal y la ingeniería eléctrica también lograron resultados por encima del promedio, respaldados por el proceso de mejora del sistema industrial italiano. Por el contrario, en el sector Automoción se ha producido una desaceleración más marcada de lo esperado.
“Las perspectivas a corto plazo –subraya la encuesta– parecen buenas: a pesar de los elementos de incertidumbre del escenario, tanto a nivel interno como internacional, la confianza de consumidores y empresas vuelve a niveles elevados, tras retroceder en los primeros meses de 2018 Los fundamentos de crecimiento se mantienen sólidos, tanto en el frente interno, consumo e inversiones, como en el de las exportaciones. En los próximos meses, los mercados extracomunitarios podrían impulsar más, gracias también a un tipo de cambio más favorable”.
En el momento de la publicación del Informe, que tuvo lugar el viernes, “el riesgo de una escalada proteccionista, que sigue siendo una de las variables más inciertas del escenario, parece haberse reducido respecto a hace unas semanas”. El análisis realizado a partir de las matrices insumo-producto internacionales muestra, en efecto, la existencia de vínculos importantes entre Estados Unidos y el resto del mundo, tanto en términos de cadenas productivas como de exportaciones, dando una idea de cuánto la imposición de medidas arancelarias podría dañar directa o indirectamente a toda la economía mundial.
