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Productividad, la carrera final mañana pero la CGIL frena el acuerdo

Mañana vence el plazo para un acuerdo entre los interlocutores sociales. Hoy se ha avanzado pero la CGIL muestra perplejidad sobre cómo ajustar los salarios en relación con la inflación y la jornada laboral. Difícil firmar el acuerdo final de cara al Consejo Europeo.

Productividad, la carrera final mañana pero la CGIL frena el acuerdo

Parece alejarse de alcanzar un acuerdo unificado sobre productividad mañana por la mañana, con vistas a la marcha de Mario Monti al Consejo Europeo de los días 18 y 19 de octubre, al que el primer ministro quiere presentarse con un pacto firmado entre Confindustria y los representantes sindicales.

La líder de la CGIL, Susanna Camusso, ha esquivado hasta ahora las presiones del Ejecutivo, y pese a los ajustados plazos, no hay convocatoria oficial del Palacio Chigi.

Sin embargo, diversas filtraciones de prensa han revelado que el Gobierno ya ha enviado invitaciones a representantes sindicales y empresariales, una especie de intento de última hora de cerrar el trato entrando en negociaciones mediadas por el Ejecutivo, pero la circunstancia ha sido desmentida en reiteradas ocasiones por el Ejecutivo. secretario de la CGIL, que en efecto comentó con picardía la pretensión de convocar a los interlocutores sociales "por minuto".

Llegar a un acuerdo parece lejos de estar cerca, según las últimas declaraciones de Camusso y Fabrizio Solari, secretario confederal encargado de la negociación. Este último declaró esta mañana que "si el intento es aprovechar la oportunidad para debilitar la protección del poder adquisitivo de los salarios, no puede haber nuestra firma".

Solari señaló entonces sobre el tema deajuste: "continúan las reuniones, pero se mantienen las distancias", en alusión a la posibilidad de que los industriales pretendan obtener el traslado de una parte sustancial de los ajustes salariales -vinculados al Ipca- a la negociación de segundo nivel, opción perentoriamente excluida por la propia Camusso.

Si la consecución de un pacto común no está del lado de la CGIL, el líder de la Cisl, Raffaele Bonanni, ha mostrado en cambio una mayor apertura: "Si encontramos un acuerdo, y las condiciones son buenas para nosotros, esta noche iremos a Monti, de quien esperar soluciones positivas". Sin embargo, Bonanni se puso del lado de Susanna Camusso en relación a los ajustes, alegando la necesidad de "empresas más fuertes y salarios más altos".

A última hora de la tarde de hoy, el Ministerio de Fomento también se ocupa de "ayudar" a las partes a llevar a cabo la negociación. Se convocó una reunión de emergencia a la que también asistió la ministra de Trabajo, Elsa Fornero, así como los responsables de Rete Imprese Italia, Abi, Alleanza delle Cooperative y la asociación de compañías de seguros Ania.

Esta mañana, en una entrevista publicada por Il Sole 24 Ore, el ministro de Economía, Vittorio Grilli, trató de presionar a las partes para que convergieran en el difícil acuerdo, para explotar los recursos puestos a disposición con la ley de estabilidad (1,6 millones de euros de los cuales 1,2 en 2013 y 0,4 en 2014) y relanzar la competitividad, el talón de Aquiles de las empresas locales que le cuesta al sistema italiano nada menos que 70 mil millones al año, según estimaciones del Ministerio de Fomento.

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