La culpa inicial de la tragedia griega recayó en Alemania y Francia. Así lo afirmaba en un artículo del "Il Messaggero" de hoy el expresidente de la Comisión Europea y exprimer ministro italiano Romano Prodisegún la cual decisiva fue la negativa de París y Berlín a aceptar las propuestas de la Comisión de someter las cuentas de todos los países del euro a un seguimiento constante. “El gobierno griego -escribe Prodi- se aprovechó de esta falta de vigilancia” para arreglar las cuentas y agravar su déficit presupuestario.
Sin embargo -insiste el ex primer ministro- "habría sido fácil remediar estos problemas rápidamente", pero lamentablemente los vaivenes electorales de la Cancillería alemana empeoraron la situación e impidieron que se resolviera rápidamente cuando hubo tiempo. La especulación tuvo su día y ahora el caso griego se ha convertido en una tragedia. Aunque necesarias, las medidas de austeridad impuestas a Grecia por la troika corren el riesgo de agravar la situación porque "si no se frena la caída de la economía y no se relanza el crecimiento -concluye Prodi- nunca será posible remediar el aumento de la deuda y del capital seguirá huyendo” de Grecia.
