En la noche del 8 al 9 de marzo de 2019, Prisma (HyperSpectral Precursor of the Application Mission), la misión de la Agencia Espacial Italiana, será lanzada desde la base espacial europea de Kourou en la Guayana Francesa
Desde su órbita, a unos 620 kilómetros sobre el nivel del mar, Prisma mirará a la Tierra a escala global y podrá hacerlo con otros ojos gracias a la innovadora instrumentación electro-óptica. El satélite italiano podrá observar la tierra con el instrumento hiperespectral operativo más potente del mundo, capaz de trabajar en numerosas bandas estrechas y contiguas dispuestas desde el visible hasta el infrarrojo cercano (VNIR, Visible y Near InfraRed) y hasta el infrarrojo corto (SWIR, Short Wave InfraRed).
El satélite Prisma es un proyecto de ASI, un orgullo totalmente italiano que destaca la capacidad de nuestro país para proporcionar un sistema espacial llave en mano, desde el diseño hasta la construcción, desde el lanzamiento hasta la gestión de datos terrestres.
De hecho, Prisma fue creado por una RTI, Agrupación Temporal de Empresas, dirigida por OHB Italia, responsable de la misión y gestión de los tres segmentos principales (tierra, vuelo y lanzamiento), y Leonardo, que creó la instrumentación electro-óptica. También se debe subrayar que el lanzamiento se realizará con el vector VEGA producido por AVIO, un lanzador de la ESA pero principalmente italiano en concepto y construcción. El centro de control de la misión fue creado por Telespazio, mientras que la adquisición y el procesamiento de datos se llevarán a cabo en el Centro Espacial Matera.
Gracias a esta misión será posible observar los recursos naturales desde el espacio y estudiar los principales procesos ambientales (por ejemplo, interacciones entre la atmósfera, la biosfera y la hidrosfera; observación de cambios en el medio ambiente y el clima a nivel global; efectos de las actividades humanas en los ecosistemas ). En el campo de aplicación, Prisma podrá brindar información para apoyar trabajos de prevención con respecto a riesgos naturales (como hidrogeológicos) y antrópicos (incluyendo la contaminación del suelo), el monitoreo del patrimonio cultural, acciones para atender crisis humanitarias, actividades agrícolas y el explotación de los recursos minerales.
Como explica Leonardo en una nota: "A diferencia de los sensores pasivos ópticos satelitales actualmente operativos, que registran la radiación solar reflejada por nuestro planeta en un número limitado de bandas espectrales, generalmente un máximo de diez, la instrumentación a bordo del satélite Prisma es de hecho capaz de adquirir 240 (239 bandas espectrales más el canal pancromático); esto permitirá afinar el conocimiento sobre los recursos naturales y los principales procesos ambientales en curso, como los fenómenos relacionados con el cambio climático. De hecho, la tecnología hiperespectral nos permite ver más que el ojo humano y reconocer no solo las formas de los objetos, sino también qué elementos químicos contienen”.