La CGIL Emilia-Romagna se opone a una megafusión entre Hera e Iren, mientras que está a favor de una posible colaboración industrial entre los dos grupos, en particular en la economía verde. Según el sindicato, la reconversión ecológica debe encontrar más espacio en los planes industriales de las dos empresas. Además, la multiempresa debe mantener un enfoque exclusivamente público.
Una verdadera sinergia entre Iren -que abarca Reggio Emilia, Parma, Piacenza, Génova y Turín- y Hera -que abarca Bolonia, Módena y los municipios de Romaña- no convence a la CGIL. “Por la forma en que se presentó – explicó Cesare Melloni, secretario regional – parece una operación de riesgo financiero. Por el contrario, sería interesante pensar en una colaboración desde un punto de vista industrial como, por ejemplo, una joint venture en energías renovables o impulsando acuerdos que tengan en cuenta la integración de redes de agua”.
Además, según Melloni, tras la fusión Enia-Iride, la alta dirección “anunció, hace unas semanas, una reducción del 40% de las inversiones en los próximos cinco años. Esto sucede sin confrontación sindical. En caso de no obtener respuesta a nuestras solicitudes, tendremos que recurrir a la huelga". La CGIL también invita a no liquidar la gestión de aguas y residuos y "reconfirma que el mantenimiento del control público de la mayoría por parte de los Municipios es una condición indispensable". De cara a la renovación del pacto de accionistas de Hera, que finalizará el 31 de diciembre, la participación a conservar es del 56%.
