Una clara victoria. El conservador Marcelo Rebelo de Sousa ganó las elecciones presidenciales portuguesas con más del doble de votos que el retador izquierdista Antonio Sampaio da Novoa. Al final, del conteo de votos surgió un abrumador 52 con un 22,89 por ciento.
“Quiero restablecer la unidad nacional -fue el primer comentario del recién electo-, nuestro país está saliendo de una profunda crisis económica y social”. Rebelo de Sousa dijo que quería ser "un presidente libre e independiente".
El primero en felicitarle por la victoria fue el ex primer ministro conservador Pedro Passos Coelho, que tras las elecciones de octubre tuvo que dar un paso atrás para dar paso al Gobierno en minoría liderado por el socialista Antonio Costa.
Por su parte, el nuevo jefe del Ejecutivo ha prometido llevar a cabo un programa económico en línea con las peticiones de la UE, pero debe contar con el apoyo en el Parlamento de los comunistas y los Verdes, muy críticos con la política presupuestaria europea como así como la OTAN.
El "profesor Marcelo", un exdirigente del Partido Socialdemócrata de centroderecha, de 67 años, prometió antes de las elecciones hacer "todo lo posible" para garantizar la estabilidad del gobierno. Asumirá el nuevo cargo el 9 de marzo.
