El rescate de los bancos del Véneto sigue siendo una operación acrobática. No será fácil para el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, en las próximas horas convencer a los bancos para que abran sus carteras e inviertan los 1,2 millones de euros necesarios para obtener el visto bueno definitivo de la Comisión Europea para la recapitalización de Popolare di Vicenza y Veneto Banca con el decidido apoyo del Tesoro. Por eso, en las últimas horas el fantasma del bail-in ha vuelto a rondar el Nordeste.
Los carteles iniciales de Unicredit e Intesa Sanpaolo, que condicionaron su sí al rescate a la voluntad de los demás bancos de hacer su parte, siguen siendo una batalla cuesta arriba. Ayer Massimo Doris, director general de Banca Mediolanum, se situó en la misma línea optimista que los dos grandes bancos, pero en el frente amplio del ex Popolari (Ubi a la cabeza) las dudas y la oposición a la recaudación para recapitalizar Popolare di Vicenza y Veneto Banca ellos crecen.
Ubi está lidiando con un aumento de capital de 400 millones para recapitalizar los 3 Good Banks recientemente adquiridos (Etruria, Marche y Carichieti) y no es fácil encontrar otros recursos para ayudar a los bancos de Veneto. Lo mismo ocurre con el Monte dei Paschi.
Pero, incluso en ausencia de declaraciones oficiales, también surgen dudas en Banco Bpm que, bajo la dirección del director general Giuseppe Castagna, se enfrenta a la fase de puesta en marcha de la fusión entre Banco Popolare y Bpm, de la que el tercer banco italiano al que la Supervisión del BCE nunca ha hecho descuentos y que mantiene en constante observación aunque afortunadamente no ha solicitado otras ampliaciones de capital.
Estatuto en mano, incluso la Cassa depositi e prestiti ve problemática su participación en el rescate de los bancos del Véneto.
Es probable que el ministro Padoan lance un ataque final contra los bancos privados durante el fin de semana para inducirlos a abrir sus billeteras y así salvar los bancos del Véneto, pero el resultado no es obvio. Y los altos directivos de Popolare di Vicenza y Veneto Banca, que volverán a reunirse el martes con sus consejos de administración, no dejan de dar las alarmas para señalar que el tiempo se acaba y que, a falta de intervenciones resolutivas, la morosidad ronda la esquina