Cifra ciertamente compleja y no inmediatamente comprensible en clave unitaria, sobre todo por el profundo vínculo entre el camino especulativo y el relato existencial, treinta años de la muerte de Augusto Del Noce (1910-1989) sigue representando hoy un interlocutor de cierto interés para quien quiera tratar los problemas cultura y politica actual. Entre los más grandes pensadores católicos de tras la Segunda Guerra Mundial del siglo pasado, está dedicada a la obra del filósofo turinés el ensayo de Luca Del Pozzo "Filosofía cristiana y política en Augusto Del Noce". publicado por la editorial Pagine.
"Tanto para sus opositores como para los observadores neutrales de la política. - sleí en la introducción – el fracaso del socialismo real...sonaba como la demostración histórica de la bondad de la elección a favor de la democracia y el capitalismo. Pero para el filósofo católico -en esto como en muchas otras cuestiones- en total sintonía con el entonces pontífice Karol Wojtyla – el juego de ninguna manera estaba cerrado. Se perfilaba un nuevo y, en algunos aspectos, más temible oponente -en pocas palabras, la sociedad posmoderna completamente secularizada, nihilista y portadora de un totalitarismo con buena cara por falsamente democrática- que planteaba la necesidad de repensar la presencia de los católicos en la sociedad y en la política. En resumen, el "problema político de los católicos" permaneció intacto, aunque en un contexto rápidamente cambiante.
De ahí la necesidad de retomar y profundizar un pensamiento que no sólo mantenga intacta su vigencia, sino que hoy quizás más que ayer represente, en el ámbito católico pero no sólo, una respuesta a la coyuntura cultural, social y política contemporánea que va en dirección a un pensamiento neomoderno. Los eventos que han etiquetadoeDesde este primer vistazo al siglo XXI y al debate cultural que ha suscitado, han vuelto a poner en el centro de atención, en Italia y en otros lugares, la cuestión que, en última instancia, constituye el eje sobre el que gira toda la reflexión de Nocia, que Es decir la relación entre política y relidía, y en particular entre la política y el catolicismo...Da aquí el interés por la propuesta especulativa del filósofo católico, además teteniendo en cuenta que la cuestión de la relación entre política y catolicismo implica y reviste de lleno la cuestión del sentido y el significado del catolicismo mismo, y con él de la modernidad tout court”.
El ensayo recorre el largo y turbulento viaje intelectual del filósofo turinés en busca de una la filosofia cristiana capaz de conjugar moral e historia, pensamiento y acción, fe y su traducción a la "polis". La síntesis propuesta es la de la "metafísica civil", categoría que según el autor es capaz de representar los detalles de la propuesta filosofíade Del Noce. De hecho, nos permite captar el alcance política, es decir existencial e historico del su pensamiento que ilumina el vínculo entre ontologismo, liberalismo y democracia. Un pensamiento, el del filósofo de Turín, como para finalmente resultar en una liberalismo que sin objetard una visión democrática, sino más bien insinuándola, se buscattratar de superar las posibles involuciones totalitarias de la democracia en el basi de un fundamento ético-religioso de la libertad política. Que la democracia corre grave peligro de convertirse en un nuevo totalitarismo es una tesis que Del Noce compartió con otros autorizados intérpretes de la realidad contemporánea, entre ellos S. Juan Pablo II. Para Del Noce, la falla básica de la democracia radica en haber separado libertad y verdad.
A su juicio, sin embargo, hay una verdad, un conjunto de valores trascendentes y eternos que “hablan” a la conciencia de cada hombre y que se le manifiestan como evidentes. En esta perspectiva, la democracia se configura como el lugar político donde deben garantizarse las condiciones que permitan la aceptación y el reconocimiento de los valores antes señalados, y en ese sentido, es decir, como condiciones, se deben establecer los tres pilares de la concepción democrática de Del Noce. considerados: el respeto a la persona, el método de persuasión y el rechazo a la violencia. Si la práctica de estos principios ciertamente no hace cristiana a una democracia (como por otra parte él mismo creía), sí lo hace sin embargo, proporciona todas las garantías para que el individuo pueda abrirse libremente a la verdad ya los valores que de ella se derivan para que la verdad, una e inmutable, pueda no obstante estar "centrada" en la persona.
Para Del Noce la necesidad de Rhode Island-Bautizar la democrazia no sólo no implica homologación alguna de carácter ético, sino que favorece el desarrollo del verdadero "pluralismo" y del auténtico liberalismo. En definitiva, se trata de la propuesta de un pensamiento católico no en contra ma en modernidad, y que es tanto más moderna cuanto más sabe captar la dinámica intrínseca que la caracteriza: es decir, la de estar en constante renovación permaneciendo en la estela de Traíz, y por ello capaz de responder mejor que otros a las necesidades reales del hombre contemporáneo y de asumir el desafío del nihilismo, último y necesario seguidor de racionalismo.
“El filósofo turinés –escribe Del Pozzo– siempre tuvo claro, como un hecho cierto e indiscutible, la historicidad esencial de la Revelación cristiana: El cristianismo es un acontecimiento histórico, no una ideología o un sistema de pensamientoeRo. Pero ni siquiera una cuestión de conciencia, y es precisamente en la reducción del hecho religioso a un fuero interno que evio en ellos el signo de la sumisión de gran parte de la cultura católica a esa idea de modernidad que ha prevalecido históricamente. Con la doble consecuencia de una especie de protestantismo de la fatdel catolicismo, por un lado, y de la continua búsqueda de claves interpretativas de la historia contemporánea “unaltres” frente al católico, para ser admitido en la asamblea de los modernos a partir de un injustificado complejo de inferioridad, por el otro. Si, por el contrario, se tiene en cuenta la historicidad del cristianismo, se sigue que éste no puede dejar de tener una traducción política, es decir, en el sentido de convertirse en "polis”, mundo, historia.
La "metafísica civil" de Augusto Del Noce se configura así "como un hiloola sofía cristiana que implica y exige un vínculo indisoluble entre pensamiento y experiencia, interioridad y exterioridad, para tener una reafirmación "propia y personal" del pensamiento tradicional capaz de tranapor su propia naturaleza, en una "polis" verdaderamente digna del hombre. Más allá y antes de cualquier programa político y de qué organización adoptar, este fue y es el desafío para que los católicos asuman".