Il piso colao es solo un catálogo de lo que los italianos dicen que quieren hacer durante décadas, sin hacer nada en realidad. Es una herramienta ineficaz, porque no aborda el problema de los recursos ni el de las "limitaciones políticas y sociales, más que institucionales, que hasta ahora nos han impedido hacer lo que se propone". eso es lo que escribe stefano micossi, gerente general de Asónimeen un artículo publicado por la Fundación Astrid.
En cuanto al problema de la cobertura financiera, Micossi subraya que el plan Colao "recae en la vieja costumbre de proponer una subvención para cada propuesta”, sin tener en cuenta que en Italia ya hay muchos incentivos fiscales y nunca le han dado a la economía el impulso que se esperaba.
Sin embargo, según el director general de Assonime, el pecado más grave del plan Colao es otro: la falta de "análisis de los fracasos de la economía italiana", es decir, las razones que en las últimas décadas han impedido la realización todas las propuestas (nada nuevo) que el grupo de trabajo liderado por el ex número uno de Vodafone se limitara a recopilar y volver a proponer.
Uno de los mayores problemas es la brecha entre la productividad y los costos laborales: Micossi sostiene que podría solucionarse "descentralizando las negociaciones salariales a nivel de empresa" o "de sectores en el territorio", pero hasta ahora todos los intentos en este sentido han fracasado, también porque las propias empresas están obstaculizando el cambio, "empresas demasiado pequeñas para lidiar con la negociación salarial a nivel de empresa".
El pequeño tamaño de las empresas. es otro tema central para la economía italiana: las empresas – escribe el director general de Assonime – “quieren seguir siendo pequeñas” para preservar su estructura familiar; incluso las realidades Made in Italy más exitosas no están dispuestas a reunir capital y encontrar socios en el extranjero, por lo que al final se limitan a vender toda la empresa a gigantes extranjeros.
Del lado de Administración Pública, Micossi afirma que no puede haber simplificación hasta que se desmonte "ese monstruoso aparato de control ex ante centrado en el Tribunal de Cuentas y la Anac, que impide decisiones, pero no corrupción".
De todo esto el plan Colao no habla en absoluto, “ni se acuerda de que masacramos universidad e investigacion seguir recortando fondos públicos año tras año”, concluye Micossi.