Mientras Irán decide no tomar una posición clara, dejando a los mercados en total incertidumbre, los precios del Brent y del Wti se disparan, con subidas superiores al 5%.
Resumen de episodios anteriores. Arabia Saudita, Rusia, Qatar y Venezuela anunciaron ayer su intención de congelar la producción de petróleo, manteniéndola en los niveles de enero. Esta mañana -día en que se celebró en la capital de la República Islámica la cumbre entre los ministros competentes de Irán, Irak, Qatar y Venezuela- el ambiente festivo se vio sin embargo interrumpido abruptamente por las declaraciones del director general del Ministerio del Petróleo para las relaciones con la OPEP Mehdi Asali, quien definió la solicitud de congelar la producción como "ilógica". La razón es obvia: en los años del embargo, los otros exportadores supuestamente aprovecharon la exclusión iraní para aumentar su producción hasta 4 millones de barriles por día. “Ahora esperan que Irán pague el costo de un reequilibrio. Si nos piden que disminuyamos nuestra producción, la respuesta es no”, concluyó.
Por la tarde, la versión de Teherán se suavizó decididamente. El ministro Bijan Zanganeh dijo que apoyaba "la decisión que tomaron los miembros de la OPEP y los países no pertenecientes a la OPEP de mantener un techo de producción para estabilizar el mercado y los precios en beneficio de productores y consumidores".
Lástima que nadie entendió cuál es la verdadera intención de Irán. ¿Congelará la producción o no? De momento no se sabe, pero la pequeña apertura de Teherán parece haber dado nueva vida a los precios del petróleo. El precio del Brent subió a 34,62 dólares (+7,58%) desde los 32 dólares del cierre anterior, mientras que el WTI llegó a 33,11 dólares el barril, un 6,97% más
