"No es país para viejos." El título de la famosa película de los hermanos Coen, tomado de dall 'novela del mismo nombre di Cormac McCarthy parece ser perfecto para describir la situación en Italia. Un país caracterizado por un progresivo envejecimiento de la población, con un número cada vez mayor de mayores de 65 años y un aumento paralelo de personas que padecen enfermedades crónicas que, sin embargo, ya hoy no pueden dar respuesta a una necesidad creciente que en los próximos años corre el riesgo de convertirse en un propia emergencia real.
En Italia faltan las estructuras dedicadas a las personas mayores no autosuficientes. Así lo certifica el informe sobre Residencias Sanitarias (acrónimo: RSA) elaborado por UBI Banca con el apoyo de Duff & Phepls REAG y Legance – Avvocati Associati, y presentado el pasado 24 de enero en Milán.
El informe toma una instantánea de la situación actual del sector, pero también plantea preguntas bastante alarmantes sobre el futuro. ¿Podrá Italia remediar las deficiencias actuales y cumplir con una demanda que probablemente se disparará en los próximos 15 años?
LOS ANCIANOS EN ITALIA: DATOS Y PERSPECTIVAS
Hasta la fecha, hay 13,6 millones de ciudadanos mayores de 65 años en Italia. Según estimaciones, en 2035 serán 17,8 millones, un incremento que en términos porcentuales alcanza el 31%.
Los mayores de 85 años aumentarán un 43 por ciento, pasando de los 2,1 actuales a los 3 millones en 2035 y el aumento de los centenarios también será significativo, actualmente 16 pero destinados a rondar los 42, con un incremento del 170%. Al ampliar el horizonte temporal, se espera que continúe el aumento progresivo. De hecho, según el Istat, para 2065, la esperanza de vida promedio crecerá en más de cinco años para ambos sexos, alcanzando los 86,1 años para los hombres y los 90,2 años para las mujeres.
RSA: CARACTERÍSTICAS Y NECESIDADES
Volviendo a la actualidad, no sólo cabe destacar el constante y progresivo envejecimiento de la población, sino también el aumento paralelo del número de personas mayores no autosuficientes. Hoy son 200 los alojados en residencias de mayores, en 2035, según estimaciones de Ubi Banca, incluso se triplicarán: 600.
“En el escenario más optimista -explica el instituto- con un 75 por ciento de ancianos no autosuficientes asistidos en residencias de ancianos, se necesitarán más de 200 camas nuevas”.
Y es precisamente en este punto cuando surge la pregunta: ¿será Italia capaz de hacerlo? Hablando en cifras, se necesitarán enormes recursos. Calculando una inversión media por cama de 70 euros, se prevé una inversión total en torno a los 2035 millones de euros para 14. Sin embargo, si aumenta el número de personas mayores no autosuficientes para ser alojadas en residencias de ancianos (esto es suponiendo que una cuarta parte de las personas mayores no autosuficientes con deficiencias cognitivas agudas no fueran asistidas en el hogar como sucede actualmente) las estimaciones podría aumentar aún más, alcanzando los 20 millones de euros que se utilizarán para crear nuevas camas en las estructuras de acogida.
LUCRATIVO Y NO LUCRATIVO
“Pero, ¿quién debería activar estas inversiones?” Se pregunta Ubi Banca. El informe explica que, hoy en día, el papel del sector público en el sector de las residencias de ancianos es marginal en comparación con el del sector privado, que está formado por empresas con fines lucrativos y organizaciones sin fines lucrativos.
No solo. Entre las empresas lucrativas, la rentabilidad de las estructuras crece a medida que aumenta la facturación, gracias a las economías de escala alcanzables cuando crece el tamaño. Una realidad que está haciendo crecer a los medianos provocando el progresivo abandono de los pequeños. Por la misma razón, predice Ubi, las inversiones futuras también tenderán a concentrarse en instalaciones con al menos 100 camas.
Por otro lado, las características del sector sin fines de lucro son diferentes, caracterizándose por una menor rentabilidad. “El problema que destaca el análisis -leemos- es si la rentabilidad de las estructuras existentes es adecuada no solo para mantenerlas en plena eficiencia sino también para generar los recursos que se pueden invertir en nuevos proyectos”.
“Entre los elementos clave para evaluar las hipótesis de financiación de las residencias de mayores – explica marco mandelli, jefe de la división de banca corporativa y de inversión de Ubi Banca – el desempeño de las estructuras asume una importancia particular. En particular, se analiza el desempeño histórico (facturación y ebitda) y la tasa de llenado relacionada. Desde 2017 hasta hoy, la División CIB de Ubi Banca ha desembolsado alrededor de 110 millones de euros en préstamos en el sector de referencia, de los cuales alrededor del 65% para la compra o desarrollo de residencias de mayores, todas ellas acreditadas o adscritas al Sistema Nacional de Salud. Aproximadamente el 74 por ciento de las líneas de crédito se concedieron a inversores institucionales a través de fondos inmobiliarios especialmente creados. Aproximadamente el 80 por ciento de los activos financiados están ubicados en el Centro-Norte. El crecimiento de este sector es evidente, así como la voluntad de una entidad de crédito como la nuestra de financiar proyectos de desarrollo y crecimiento”.