Azote a la reforma de pensiones firmada en 2011 por Elsa Fornero. Una reforma a la ley de Estabilidad aprobada por la comisión de presupuestos de la Cámara anula uno de los pilares sobre los que se asentó la revolución previsional del gobierno de Monti: la penalización de quienes, habiendo cumplido 42 años y un mes de cotización, opten por jubilarse del mundo del trabajo sin haber cumplido aún los 62 años. Para firmar la modificación propuesta está Marialuisa Gnecchi, del Pd.
La ley actualmente en vigor establece que, sin perjuicio de los requisitos de cotización, quienes se jubilan antes de cumplir los 62 años sufren un recorte en el subsidio de seguridad social equivalente al 1% anual en los dos primeros años y al 2% en los años siguientes. La sanción sube al 6% para quienes dejen su trabajo cuatro años antes del umbral de edad.
La enmienda Pd restablece esencialmente la regla vigente antes de la reforma del profesor de Turín: 42 años y un mes de cotización serán suficientes para jubilarse, independientemente de la edad, sin penalización alguna.
La intervención se suma a otra enmienda en materia de seguridad social que introduce una tope a las pensiones de algunos funcionarios, cerrando un hueco que siempre ha permanecido abierto en la ley Fornero.
