“Estoy disponible para dirigir el partido, pero está el problema de las reglas. Epifani convocará el congreso antes de que finalice este feriado, porque debe hacerse antes del 7 de noviembre”. Lo dijo Matteo Renzi en el Día Nacional del Partido Demócrata en Génova.
“La cuestión no es qué haré yo cuando sea grande –prosiguió el alcalde de Florencia–, sino qué hará el Partido Demócrata, que debe volver a ser un partido ganador. Haré todo lo posible para lograrlo. No fue fácil no ganar las últimas elecciones, fue como fallar un penalti a puerta vacía".
En cuanto a la acusación de ser el "líder del actualismo" que llegó ayer de Pier Luigi Bersani, Renzi respondió que no quería "los votos de los 'renzianos', sino el voto de hombres libres que se preocupan por Italia".
Respecto al caso Berlusconi, “cuando en un estado de derecho se condena definitivamente a un ciudadano, el hecho no puede ser impugnado, porque es impugnar las instituciones –subrayó el alcalde-. Durante años me acusaron de ser demasiado blando con Berlusconi, ahora digo que podemos escribir una página de esperanza. Pero lo que tenemos que discutir no es el partido de Berlusconi, sino los problemas del país. La única promesa electoral mantenida por Berlusconi en su historia política es la del IMU, y el gobierno de Pd se la ha cumplido. Ahora nos toca a nuestras ideas”.
Ante la pregunta de Enrico Mentana, quien le preguntó si era un hombre de izquierda, Renzi respondió que "para mañana, ser de izquierda significa dar garantías, no ser conservador, invertir en un trabajo que no es proteger lo de siempre sino dar un mano a quien la pierde. Y no se trata de estar contentos porque seamos buenos y buenas, sino de ganar. No sé qué hacer con una izquierda que pierde las elecciones”.
