La deflación asusta a todo el mundo y ni siquiera Suecia se resiste a la necesidad de abaratar el coste del dinero. El Riksbank, el banco central de Estocolmo, anunció hoy un recorte en las tasas de refinanciación clave del 0,25% a cero. El objetivo es reactivar la inflación, juzgada demasiado baja, y el instituto anuncia que la política monetaria no se modificará en sentido restrictivo hasta que la tendencia de los precios muestre signos de recuperación.
En septiembre, el índice de precios al consumo sueco cayó hasta el 0,4%, lejos del objetivo de inflación, fijado en un nivel inferior pero cercano al 2%, que Suecia no alcanza desde principios de 2012.
El objetivo de inflación es el mismo que apunta el BCE para la Eurozona, pero las analogías con el área monetaria se detienen ahí, considerando las diferentes perspectivas de crecimiento.
El Riksbank, que es la institución central más antigua del mundo y el cuarto banco más antiguo entre todos los que siguen en funcionamiento, predice que en 2014 el PIB de Suecia crecerá un 1,9%. Y la estimación ha sido revisada al alza desde el +1,7% anterior.
