De hecho, era una contradicción lógica y el Ministro de Salud Roberto Speranza tuvo que intervenir (aunque tardíamente y parcialmente): tomar un avión e ir al extranjero seguirá siendo paradójicamente más fácil que moverse dentro de Italia, pero ya no sera el increible "gratis todo" de los ultimos dias. Hasta ahora, de hecho, para viajar dentro de Europa (y una lista de países considerados de bajo riesgo epidemiológico en esta lista del Ministerio de Salud) era suficiente presentar un hisopado negativo en el aeropuerto realizado dentro de las 48 horas anteriores a la salida, y anunciar el regreso a Italia a través de una autocertificación, con obligación de cuarentena solo en caso de tránsito desde países considerados de alto riesgo, con especial atención a Reino Unido y Brasil por las variantes, o a países como Austria que han blindado efectivamente las fronteras, o en general de países extracomunitarios.
En cambio, la ordenanza firmada por Speranza establece que a partir de ahora, con especial atención durante el período de vacaciones de Semana Santa, es obligatorio un hisopado a la salida, incluso para llegadas y regresos de países de la Unión Europea, Cuarentena de 5 días al llegar y un hisopo adicional al final de los 5 días de aislamiento. Un endurecimiento que en realidad desalienta la organización de viajes de unos días por Semana Santa, pero que no dejará de suscitar polémica dado que muchos italianos ya han comprado billetes o incluso ya se han ido, quizá para regatear la zona roja nacional que impone la del 3 al 5 de abril, pero que de hecho ya se aplica ahora en 12 Regiones y será así también después de las vacaciones de Semana Santa: hasta el 30 de abril no habrá zonas amarillas y el movimientos entre Regiones sólo se permitirán por las razones habituales de salud, trabajo o necesidad. Del 3 al 5 de abril habrá la posibilidad de reunirse en casa de familiares o amigos, con la fórmula ya utilizada en Navidad (por lo tanto, un máximo de 2 invitados + otros 2 menores de 14 años), pero en cualquier caso no fuera de las fronteras autonómicas. . Y en algunas Comunidades está incluso prohibido llegar a las segundas residencias: en algunos casos incluso a los propios residentes.
