¿Parmigiano Reggiano se vuelve francés? No, afortunadamente no, dado que la Denominación de Origen Protegida (DOP) la ancla en Italia y establece reglas estrictas de producción que no se pueden modificar, especialmente en lo que respecta a la alimentación de vacas y la prohibición de aditivos. Seguro que lo es la compra por parte del gigante francés Lactalis de Nuova Castelli, una empresa especializada en quesos DOP que incluyen Parmigiano Reggiano pero también mozzarella de búfala de Campania y gorgonzola, literalmente conmocionó al mercado y despertó muchas preocupaciones entre los consumidores italianos.
El anuncio se produjo ayer, 29 de mayo. El grupo Lactalis Italia ha hecho saber que ha llegado a un acuerdo para tomar el relevo la totalidad del capital social de Nuova Castelli spa, aproximadamente en un 80% en manos del fondo de inversión inglés Charterhouse Capital Partner y el 20% restante en otros accionistas
Lactalis venció a la competencia del italiano Granarolo y otros grupos de capital privado. El valor de la transacción no se conoce por el momento, pero según los rumores la operación se habría cerrado por una cifra que ronda los 270 millones de euros.
Nuova Castelli opera con 13 sitios de producción en Italia y 3 en el extranjero. En 2018 logró una facturación de 460 millones de euros, de los cuales cerca del 70% gracias a las exportaciones. Las marcas más conocidas son Castelli, Mandara y Alival.
“Lactalis aumenta así su posición en Italia, donde cuenta con más de 5.500 colaboradores y 29 centros de producción”. Ya porque los franceses, además de Nuova Castelli, han hecho muchas compras en Italia a lo largo de los años, comprando empresas como Parmalat, Locatelli, Invernizzi, Galbani y Cademartori, estamos hablando de un tercio de las cuotas de mercado del sector lácteo italiano.
La adquisición, que deberá ser aprobada por las autoridades reguladoras. La operación ya ha despertado mucha polémica, aseguran. Hace apenas una semana el Ministro de Agricultura, Gian Marco Centinaio había declarado: "Haremos todo lo posible para proteger el sector agroalimentario italiano del ataque de las multinacionales extranjeras".
En cambio, el presidente de Coldiretti, Ettore Prandini, había lanzado un llamamiento para "detener la venta de Parmigiano Reggiano a los franceses para no repetir los mismos errores cometidos en el pasado con la venta de Parmalat a Lactalis".
Para Prandini, la defensa de las marcas históricas es necesaria porque muchas veces su venta es "el primer paso de la deslocalización" con el "desplazamiento al extranjero de las fuentes de suministro de materias primas agrícolas y con el cierre de las fábricas".
Por su parte, Andrea Illy, presidenta de la fundación Altagamma, es positiva “Vivimos en un momento en que ya no se aplica la regla del multilateralismo de la globalización, pero importan más las reglas del unitalismo. En este proceso hay una batalla entre dos pesos pesados, EE.UU. y China, ya ninguno de los dos le interesa que Europa sea fuerte: si no queremos que nos aplasten, tenemos que unirnos. ¡Viva esta alianza histórica entre Francia e Italia!”.
Illy mira el cuadro de conjunto, haciendo un análisis que también pasa por la posible fusión entre FCA y Renault y los astilleros Fincantieri: "En los mismos días estaba el acuerdo FCA-Renault, un acuerdo igualitario en el que, sin embargo, hay una relación muy fuerte Accionista de referencia italiano, mientras que por otro lado solo hay un accionista público. Así que es cada vez más un juego de equipo, repito italiano, que creo que es una de las pocas formas de aumentar la competitividad de nuestro país y de Europa en su conjunto”, continuó Illy. "La asociación italo-francesa o franco-italiana aún existía antes del nacimiento de los dos países", concluyó.