Lactalis cruza la línea de meta y conquista a Parmalat. Aunque hoy vence el plazo para aceptar la oferta lanzada por el grupo francés sobre la compañía italiana, el grupo encabezado por la familia Besnier ya puede cantar victoria.
Con las últimas incorporaciones de ayer por la noche, los franceses ostentan la mayoría numérica del capital, concretamente el 51,83%. Se entregaron 198,2 millones de acciones (más del 21% del total), provenientes en su mayoría de fondos de capital accionario extranjero, a los que hay que sumar el 29% que ya está en manos de la familia Besnier. La única incertidumbre se refiere a las asambleas extraordinarias de accionistas para las que se requiere una mayoría del 75%.
La oferta pública de adquisición está condicionada a aceptaciones que permitan a los franceses tener una participación global de no menos del 55% del capital de Parmalat, pero esta cláusula de efectividad siempre puede ser eliminada por la propia Lactalis. Los números hablan por sí solos y es probable que se piense que hoy se alcanzará y traspasará ese umbral. Pero en este punto, para ahorrar dinero, Lactalis acepta que la membresía no llega al 100%: por lo tanto, solo podría gastar un mínimo de 1,4 millones de euros, y no el máximo de 3,5 millones.
La OPA voluntaria de 2,6 euros en efectivo por acción lanzada por Lactalis sobre el 71% del capital de Parmalat ha costado hasta el momento 1,3 millones de euros. Hoy se pondrá fin a la larga y aventurada historia que se prolonga desde hace varios meses y que ha visto al grupo liderado por señor besnier y el mundo empresarial y, en parte, político de nuestro país.
Todo empezó el pasado mes de marzo, cuando tras varios rumores, Lactalis anunció que había subido al 15% del grupo italiano. Entonces, con la compra de acciones de los fondos Zenit Asset Management, Skagen y Mackenzie Financial (a 2,8 euros la acción), el grupo francés había alcanzado el 29% del capital, justo por debajo del umbral que desencadena la OPA obligatoria. Fue entonces cuando el gobierno italiano y el mundo empresarial comenzaron a obstaculizar la toma de posesión francesa. El Ejecutivo aprobó una ley que permitía al expresidente ejecutivo Enrico Bondi adelantar la fecha de la reunión para finales de junio. De modo que hubo tiempo para organizar un consorcio, liderado por Intesa Sanpaolo, para oponerse a Lactalis.
Mientras los italianos intentaban organizarse, el 26 de abril Lactalis anunció, con gran sorpresa, el lanzamiento de una OPA total con el objetivo de realizar un "proyecto industrial significativo". Sin embargo, el consorcio italiano, fuertemente deseado por el ministro Tremonti, no se materializó. Por un lado por el enorme gasto que hubiera supuesto, por otro por el revés de los Ferreros, los franceses tuvieron rienda suelta y comenzaron su escalada.
El 29 de junio se nombró la nueva junta directiva y se confirmó el dominio de los franceses. Lactalis, ya fuerte en su participación, ha nombrado al nuevo presidente, Franco Tatò, y otros 8 hombres transalpinos se han incorporado al consejo.
Los italianos siguen aguantando. El Consejo de Estado decidirá el martes 12 de julio si la OPA puede considerarse legítima. Codacons, que presentó el recurso, pide que se suspenda toda la transacción económica por ser "poco transparente".
Hoy las acciones de Parmalat ganan un 0,94% a las 10.30 horas. Pero está por ver qué pasará con la acción cuando ya no pueda contar con los 2,6 euros de la OPA y habrá que evaluar la solidez y los resultados de la compañía. "Básicamente, creo que Parmalat volverá a cotizar en valores más cercanos a los fundamentales, que no son particularmente emocionantes", comentó un gerente. Pero quién sabe, tal vez el encanto francés siga teniendo un efecto positivo en los mercados.