No sólo hay sitios del Patrimonio Mundial. La Unesco mantiene la lista oficial e Italia, en una de sus raras primicias, está en la parte superior de la lista en términos de número de sitios (por bellezas culturales, arquitectónicas y naturales). Pero también existen patrimonios, como los define la Unesco, “orales e intangibles”. Se enumeran más de cien: por ejemplo, para Italia está el Canto a Tenor de la cultura pastoril sarda, el Teatro de marionetas siciliano y el Zibibbo de Pantelleria.
La definición de “oral e inmaterial” es un poco vaga y la lista también incluye la Fujara: una flauta muy larga con tres orificios para los dedos, considerada parte integral de la cultura tradicional de Eslovaquia. Pero ahora en China también quiero que los palitos que se usan para comer pasen a formar parte del Patrimonio Mundial.
Estos palillos se usan con tanta frecuencia que han generado su propio conjunto de etiquetas y tradiciones, según Lan Xiang, curador del Museo de los Palillos de Shanghái. Los palos se han utilizado durante 3 mil años y desde China, especialmente desde Shanghai, se introdujeron en los países vecinos: Corea, Japón, Vietnam, hace al menos mil años. Hoy en día, casi dos mil millones de personas los usan para comer.
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