Otra medalla y cuatro esperanzas más en el tintero. Por lo demás, todavía decepciones. Así se resume día número 7 de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, que vio entrar en escena el atletismo con las primeras carreras en el Estadio Olímpico de Stratford.
La medalla del día, la única para Italia, es un bronce espléndido y viene una vez más de la siempre confiable esgrima: esta vez son los sables Diego Occhiuzzi (ya plata individual), Aldo Montano (en su cuarta carrera medalla olímpica, tras el oro individual en Atenas 2004), Luigi Tarantino y el joven pero brillante Luigi Samele, que se llevó a casa el podio en la prueba por equipos, superando a Rusia en la final por 45-40.
Para Italia la 12ª medalla, de la cual exactamente la mitad (2 de oro, 2 de plata y 2 de bronce) procedían de las plataformas de esgrima. Y eso no es todo: todavía queda la prueba de florete masculino por equipos, donde Cassarà Baldini y Aspromonte podrán redimir la decepción del individual, acabado sin metales al cuello.
Los otros destellos de azul de un día todavía frío en general, y no solo por el clima londinense (remo, vela, tenis, boxeo y la habitual natación decepcionan en particular), vienen del buceo, donde tanto Tania Cagnotto como Francesca Dellapè se clasificaron para la semifinal del trampolín de 3m. La hija del arte en particular estuvo muy brillante y logró el tercer puntaje, postulando cada vez más a una medalla detrás de la imbatible china.
bueno tambien el voleibol de playa: la dupla azul Nicolai-Lupo hace una gran hazaña al eliminar a los estadounidenses Rogers-Dallhauser, vigentes campeones olímpicosy así llegó a los cuartos de final. Pero la verdadera sorpresa del día es la calificación inesperada, pero muy brillante, de Yuri Floriani, de 30 años, en la final de la carrera de obstáculos 3000, terminando segundo en su batería solo detrás del favorito de Kenia, Kipruto, y ni tan lejos de el ganador. La final está prevista para el sábado.
La cuarta y última esperanza, quizás la menos sorprendente (a pesar de la debacle general del movimiento), y al mismo tiempo la que más huele a medalla, es Gregorio Paltrinieri, con solo 17 años pero ya campeón de Europa de los 1.500 m libres y hoy simplemente apasionante en la clasificación: marcó el cuarto mejor tiempo en absoluta fluidez, dominando a su batería por todos lados e incluso permitiéndose tomar un respiro en el último grupo, después de haber estado un abundante segundo por debajo del récord italiano durante casi toda la carrera. Es el último nadador que queda en la carrera, y verás que tal vez sea él quien lo arregle. Final (no te lo puedes perder) prevista para el sábado.