¿Quién hubiera apostado hasta hace un mes a ver desfilar juntos a los atletas de las dos Coreas bajo una misma bandera? Cuando los dos atletas, norcoreano y surcoreano, encendieron juntos la llama del estadio Juegos Olímpicos de Invierno de Pyenongchang todo el continente asiático respiró aliviado.
Es inútil ocultar, la única verdad es reconocer que, si no hubiera sido por China, hubiera sido imposible obtener una vuelta a la crisis con Corea del Norte, sellada con la participación en los Juegos Olímpicos que se llevan a cabo en Corea del Sur. Y, más concretamente, el encuentro entre las dos delegaciones gubernamentales sentó las bases para una cumbre histórica diez años después de la última visita oficial. Dos Gobiernos que han negociado directamente, sin la intermediación de EE.UU., pero con un papel crucial y no obvio de China.
La presencia de una delegación financiada por la propia Corea del Sur con más de dos millones de euros y compuesta por 229 animadoras y 140 artistas, se sumaron los esfuerzos del Gobierno a los del Comité Olímpico que subvencionará a los 22 atletas de Pyongyang en la competición. La solución era la única posible para evitar violar las sanciones internacionales a las que Corea del Norte estaba sometida por su comportamiento irresponsable y beligerante que mantuvo en vilo al mundo entero el pasado verano.
Entonces, el Año Nuevo Chino marca el comienzo del Año del Perro e Rusia refuerza su papel con "lealtad" a una sola misión: la de ampliar su papel como superpotencia, lejos de cualquier mezcla político-religiosa que la distraiga de utilizar la mejor arma que ha existido, a saber, la de fortalecer las relaciones comerciales y, por lo tanto, la capacidad de construir relaciones comerciales sólidas e impermeables a los conflictos presentes, pasados y futuros.
Entonces, mientras Estados Unidos se pierde en disputas políticas internas y pierden tiempo y "tierra" preciosa, en términos de cuotas de mercado, también debido a un difícil legado de las políticas exteriores de Obama que en realidad no han demostrado ser previsoras, especialmente en el contexto de Oriente Medio, China avanza decidida e insidiosa.
No es de extrañar entonces el anuncio de un impresionante fondo de inversión conjunto ruso-chino por la adquisición de una participación importante en la próxima salida a bolsa del gigante petrolero saudí ARAMCO, que ve aparcado el enfriamiento de las relaciones entre Rusia y China. Este último, junto con Arabia Saudita, intentará frenar el poder excesivo que el shale-oil está garantizando a los productores estadounidenses en el mercado energético mundial.
En el caso de los China, el aumento de la inflación sigue siendo un fantasma lo que podría obligar al Banco Central de China a acelerar sus maniobras de subida de tipos, provocando una ralentización de las inversiones y del crecimiento económico. Al mismo tiempo, la expansión china no se contenta con forjar nuevas alianzas en Oriente Medio porque incluso en Asia Central se está beneficiando de la retirada de Rusia (menos presente por las sanciones) con inversiones y suministros, incluso militares, en países como Tayikistán, Uzbekistán y Kirguistán, cuyos recursos energéticos despiertan un interés creciente por parte de la Unión Europea, India y China.
Pero el posicionamiento en Asia Central también se enriquece con otro elemento importante gracias a un proyecto impresionante, que también incluye una base militar en Afganistán, con la peculiar "habitual" iniciativa ligada a la ampliación de la nueva Ruta de la Seda que, en este caso, ve como prioridad la de crear una barrera contra el terrorismo islámico en un momento de grave crisis del posicionamiento estadounidense en la zona y de relaciones con Pakistán.
Mientras tanto, adentro, después de la corrección del precio de las acciones a mediados de febrero que ha visto a las autoridades iniciar investigaciones e instar a los fondos de pensiones a apoyar los mercados bursátiles locales, China ha lanzado, desde el 1 de marzo, medidas para contener y controlar las inversiones financieras del exterior en sectores específicos, desde hoteles hasta periódicos y medios digitales, incluyendo también agua y recursos estratégicos para el país como la industria bélica. el proposito es proteger cualquier sector considerado “sensible” para la actividad de control del gobierno central.
Y en este nuevo clima de paz bajo el signo del año lunar chino, mientras Abe en Japón reconfirma a Kuroda al frente del Banco Central y los Juegos Olímpicos de Invierno continúan su camino de paz entre deportes impenetrables y peligrosos, todo fluye en el plano financiero mundial. mercados en los que el VIX sigue atrayendo la atención de los operadores con movimientos erráticos a los que no estábamos acostumbrados desde hacía tiempo. Estos son movimientos que hacen a todos más cautelosos en previsión de la verdadero cisne negro que aún no ha pasado pero se considera como inevitable bajo el signo de un Año Chino, donde la Superpotencia se fortalecerá “fiel y leal” a sí misma y a un rol geopolítico poco evidente y gritado en las redes sociales pero sustentado en hechos concretos que atraen inversiones y aumentan un rol comercial que es Vale la pena la estabilidad económica y social, un resultado no sólo dado los tiempos.