La economía global continuará expandiéndose lentamente durante el resto del año, a pesar de las señales de relativa debilidad en China y otros mercados emergentes y una recuperación irregular en Europa. Italia será el único país del G7 que cerrará 2013 con una caída del producto interior bruto, del orden de 1,8 puntos porcentuales, tras la caída del 2,4% registrada en 2012. Así lo asegura la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Las previsiones de la OCDE no deparan sorpresas y están en línea con las oficiales y privadas. Estados Unidos, Gran Bretaña y Japón crecen “a un ritmo alentador”, mientras que la Eurozona salió de 6 trimestres consecutivos de contracción entre abril y junio. Los indicadores de las principales economías avanzadas, incluida una mayor confianza y una producción industrial más sólida, sugieren que la tendencia "continuará al ritmo observado en el segundo trimestre".
Alemania, Francia e Italia, las tres economías más grandes de la eurozona, se expandirán un 1,3 % en general en el tercer trimestre y un 1,4 % a partir de entonces. Cifras ligeramente inferiores a las registradas en el segundo.
En detalle, en Roma se producirá una contracción del 1,8%, mientras que París crecerá lentamente y Berlín se mantendrá como líder de la recuperación europea.
Según la OCDE, en la segunda mitad del año la recesión en Italia tenderá a ser menos profunda pero no habrá signos de recuperación. En el período julio-septiembre, de hecho, el PIB experimentará una contracción trimestral anualizada del 0,4%, seguida de una caída del 0,3% en el cuarto.
En comparación con mayo, las estimaciones de crecimiento para todo 2013 se revisaron al alza para Francia (+0,3 % desde -0,3 %), Alemania (+0,7 % desde +0,4 %) y Gran Bretaña (+1,5 % desde +0,8 %). .
Washington crecerá un 2,5% en el tercer trimestre -mismo porcentaje que en el segundo- y un 2,7% en el cuarto. Japón registrará un +2,6% en el tercer trimestre y un 2,4% en el siguiente.
El panorama de las economías emergentes es menos prometedor. China parece haber llegado ya al punto más bajo de su ciclo económico, pero Pekín y otros mercados emergentes se enfrentan a un clima de incertidumbre. Se espera que la economía china crezca un 7,2% en el tercer trimestre y un 8,1% en el cuarto, frente al 7% del segundo. Ritmos más bien sostenidos, pero según el New York Times, el crecimiento en esos lares es fundamental para atajar las tensiones sociales.
En algunos países emergentes, la ralentización del crecimiento, junto con los últimos movimientos de la Reserva Federal, han provocado "inestabilidad de los mercados, fuga de capitales y depreciación de las divisas". Sobre todo -señala la OCDE- es India la que tiene que enfrentarse a verdaderos dilemas, con la salida de inversores y una presión monetaria que podría lastrar el crecimiento.
