Angel Gurria, secretario general de la OCDE, resume así la situación italiana tras las conversaciones del G20: “La caída de más de 200 puntos en el diferencial de Italia es bastante importante – dijo a la prensa – pero necesitamos mantener una alerta creíble” y mantener viva la posibilidad de pedir ayuda a la UE y al BCE: "La bazuca debe cargarse y apuntarse y, si es necesario, activarse".
Según Gurria, las principales intervenciones para reactivar la economía italiana son la lucha contra la corrupción, que "debe combatirse al máximo", y la reducción de la cuña fiscal lo que, entre otros efectos, también “reduciría el desincentivo a la creación de empleo”. Incluso la lucha contra la evasión fiscal, "una maldición que todos debemos combatir", es un tema central a resolver, no solo para Italia.
Europa va en la dirección correcta, pero, según Gurria, "debe más que acelerar" sus esfuerzos para recuperarse de la crisis, también porque las perspectivas de crecimiento "siguen siendo débiles".
