¿Cómo reinventar el plástico? Se planteó la pregunta Global Opportunity Report, el estudio realizado por DNV GL, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas y Sustania, que también publicó una vez más datos preocupantes sobre cuántos residuos afectan negativamente al ecosistema oceánico, que cubre el 70% del planeta, regulan el clima y son fundamentales para el sustento de 3 mil millones de personas. El producto marino bruto vale, de hecho, 2,5 billones de dólares, pero hoy está amenazado por los daños causados por la contaminación y la sobrepesca.
Es precisamente el plástico el que juega un papel protagonista en esta amenaza. De hecho, pesa el 80% de la basura marina. En 2050 habrá más plástico en los océanos que peces. Una tendencia que solo se puede revertir reimaginando y redefiniendo sus usos en una perspectiva circular. Con una historia de 170 años e innumerables beneficios económicos y sociales introducidos en su haber -entre ellos la prolongación de la vida de los productos alimenticios gracias a las innovaciones que aportan los envases o la reducción del consumo de combustible gracias al desarrollo de componentes más ligeros para los vehículos-, el plástico desempeña un papel clave en el panorama de la economía mundial. La versatilidad otorgada al diseño y los bajos costos de producción, sin embargo, han llevado a la práctica de desarrollar ciclos de vida cortos y apenas reciclar. Se estima que alrededor del 30% del plástico no se reutiliza y que más de 8 toneladas acaban en el mar cada año. Baste decir que, considerando solo el embalaje, el 95% del material se pierde tras el primer uso. Una pérdida para la economía estimada en 80 a 120 mil millones de dólares al año.
Situación que es importante atajar, considerando que es un mercado -el de los plásticos- que valdrá 650 millones de dólares en 2020 y cuya producción se espera que se duplique en los próximos 20 años. Los cambios en el panorama legislativo también requerirán reflexión. De hecho, hay varios países que están trabajando para introducir políticas de prohibir los productos de un solo uso para 2021. Pero, ¿cómo reinventar el plástico? Repensando su producción y usos y trabajando en procesos de reciclaje más sofisticados. El Informe de Oportunidades Globales analiza algunos excelentes ejemplos de innovación. El plástico puede estar hecho de cualquier elemento que contenga hidrógeno y carbono. Los combustibles fósiles han sido la principal materia prima hasta ahora, pero no tiene por qué seguir siéndolo. Los científicos de Econic, por ejemplo, han estado trabajando en una tecnología que hoy permite reemplazar el 50% de los combustibles fósiles con componentes derivados de la catálisis de los gases de escape. Transformar la cultura de un solo uso también es fundamental. Hay empresas que ya están trabajando en ello. Unilever se ha comprometido a trabajar para que el 100% de sus envases puedan ser de plástico reutilizable o reciclable en 2025.
Hay quienes, en cambio, renuncian a lo desechable –como la chilena Algramo que vende sus productos “al peso”, a través de máquinas expendedoras, en envases reutilizables– o que piensan en soluciones alternativas como Bee's Wrap que ha producido envases en cera de abejas.