Para 2021, las organizaciones sin fines de lucro planean nuevas inversiones, en su mayoría destinadas a mejorar su capital humano. Más de 8 empresas de cada 10 se declaran satisfechas con la relación con los prestamistas, valorando especialmente la existencia de personal dedicado y capacitado. Esto es lo que surgió de décima edición del Observatorio sobre "Finanzas y el Tercer Sector" de Intesa Sanpaolo y Aiccon – Asociación Italiana para la promoción de la Cultura de Cooperación y Sin Fines de Lucro.
Según los datos recogidos de la encuesta, el 54,4% de los sujetos entrevistados (cooperativas sociales y empresas sociales srl) esperan nuevas inversiones para el año en curso, el 34,3% se orientó a potenciar su capital humano. Aunque una fuerte disminución en comparación con 2019 de -31,3%.
Para las inversiones previstas, la principal fuente de cobertura la constituye laAutofinanciamiento (50,4%), seguido por recursos proporcionados por los bancos (27,6%). Esto es gracias a la consolidación de las relaciones con las entidades de crédito: el 80% se declara satisfecho en este sentido, valorando especialmente la existencia de personal dedicado y formado (27%) y una oferta específica dedicada (40,4%; +5,2% respecto al anterior año).
De hecho, el 83% de las empresas que han solicitado financiación bancaria en los últimos tres años (32,8%) han obtenido la totalidad del importe solicitado. La principal vía de utilización de los préstamos obtenidos viene dada por inversiones a medio-largo plazo (47,2%), en continuidad con el año pasado.
En cuanto al conocimiento relativo a los instrumentos financieros con impacto social, se mantiene bastante constante (44%), especialmente entre los consorcios (58,3%). El 34,6% de los que conocen el tema están interesados en usarlo o ya lo están usando (17,3%). Pero son las cooperativas sociales de tipo A las más interesadas (23,1%). El instrumento más conocido y utilizado es el de los préstamos subvencionados (por ejemplo, Fondo Rotatorio para empresas MISE, fondos con financiación subvencionada por el BEI, etc.). Además, el 58,4% de las organizaciones han comenzado a medir el impacto social de sus actividades.
Como en ediciones anteriores, esta edición también se fijó como objetivo analizar las necesidades financieras de los últimos tres años (2018-2020). A pesar de la situación de emergencia, 7 organizaciones de 10 (-21% sobre la encuesta anterior) declaran haber realizado inversiones en este período de observación. En particular, las cooperativas sociales de tipo A (76,8%). El 51,5% confirmó la autofinanciación (método señalado sobre todo por las cooperativas de colocación laboral - 54,9%) como principal fuente de cobertura, seguida de la dependencia de las entidades bancarias (28,4%), a la que recurrió casi la mitad de los consorcios.
marco morganti, responsable del Departamento de Impacto de Intesa Sanpaolo explicó cómo: “2020 fue un año complejo para las organizaciones del tercer sector que tuvieron que repensar sus actividades teniendo en cuenta las nuevas limitaciones impuestas por la situación contingente. En poco tiempo se han ampliado enormemente las necesidades sociales y sanitarias o, como en el caso de la cultura, se han eliminado actividades. En ambos casos, se ha puesto de manifiesto el carácter necesario, incluso imprescindible, del Tercer Sector, así como la necesidad de una mayor solidez estructural, organizativa y financiera de las organizaciones que lo integran”.
“El mundo de la cooperación social es consciente de que es necesario “invertir para reiniciar” – declaró Pablo Venturi, directora Aiccon -. El capital humano se convierte en el primero de los recursos a movilizar y reciclar y las estrategias de sostenibilidad activadas son cada vez más plurales y abiertas a inversores e instrumentos de impacto. Dentro de esta transición, los bancos son percibidos como actores indispensables y su valor crece en la medida en que crece la capacidad de conversar auténticamente con un mundo que demanda simultáneamente una oferta cada vez más personalizada y una fuerte empatía por los proyectos comunitarios e inclusivos”.
Por primera vez, el Observatorio se enriquece con un análisis comisariado por Italia y AICCON, en colaboración y con el patrocinio de Confcooperative-Federsolidarietà y Legacoopsociali, con el objetivo de detectar las perspectivas de desarrollo futuro de las empresas sociales que arrojan una tendencia positiva de estas realidades empresariales sobre todo en lo que se refiere a su dimensión laboral ante una mayor dificultad para términos económicos.
Según este análisis, el 31% de las realidades registraron un aumento en términos de empleo y un costo laboral creciente para la mitad de los encuestados. Sin embargo, los márgenes de beneficio y el resultado económico se reducen respectivamente en el 64% y el 59% de los casos.
“Con referencia al curso de 2021 – subrayó Enzo Risso, director científico de Ipsos Italia-, las empresas sociales cuestionadas declararon una perspectiva positiva tanto en términos de crecimiento desde el punto de vista económico -tanto en el margen de beneficio (+13 en 2020) como en el resultado económico (+23 en 2020)- y estabilidad desde el punto de vista del empleo - el número de empleados sustancialmente sin cambios (+5 en 2020) ".