El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció hace unos minutos un nuevo endurecimiento de las sanciones económicas contra el régimen sirio liderado por Bashar al-Assad. Las nuevas medidas consisten principalmente en la congelación de activos en Estados Unidos por parte de miembros del gobierno y la prohibición a cualquier empresa estadounidense, independientemente de dónde tenga su sede, de comerciar con cualquier forma de productos energéticos sirios.
Por primera vez, la Casa Blanca también ha pedido oficialmente a Assad que deje el liderazgo del país heredado de su padre Hafez al-Assad.
La nueva iniciativa de la administración Obama también incluye una actualización de la lista negra de empresas sirias con las que las empresas estadounidenses ya no pueden hacer negocios. La General Petroleum Corporation, es decir, la empresa estatal que controla la producción de petróleo y gas del país de Oriente Medio, también se ha sumado a la lista. En Siria se lleva a cabo desde hace semanas una represión muy violenta contra esa parte de la población que, tras las revoluciones pacíficas de Túnez y Egipto, reclama reformas democráticas. Hasta la fecha, las víctimas han sido más de mil.
