Hay gran entusiasmo en el Nasdaq tras el anuncio de la maxi-operación entre Softbank y Nvidia en Arm. Tras el +9,45% logrado por Softbank en la Bolsa de Valores de Tokio, en Nueva York la bolsa del gigante californiano sube un 8,2% hasta los 526,8 dólares, arrastrando toda la lista Hi-tech, que sube más de un 2%.
Por otro lado, no es un acuerdo baladí. El grupo japonés SoftBank ha vendido su filial británica Arm, el gigante mundial de los microprocesadores, a la estadounidense Nvidia. La cifra acordada no tiene igual en el sector de los chips: 40 millones – aproximadamente 33,7 millones de euros – de los cuales 21,5 millones se pagaron en acciones y 12 en efectivo, incluidos 2 millones de euros en el momento de la firma. Cuando se complete la transacción, SoftBank tendrá entre el 6,7% y el 8,1% del capital de la empresa estadounidense.
La adquisición debería estar finalizada en marzo de 2022, pero dada la cantidad de interés en el campo, necesitará la luz verde de las autoridades reguladoras de todo el mundo.
Para Nvidia, empresa estadounidense que produce procesadores gráficos, placas base y componentes para productos multimedia para PC y consolas, se trata de un acuerdo fundamental gracias al cual podrá ingresar al teléfonos inteligentes y dispositivos móviles. Los procesadores Arm son utilizados por Apple, Samsung y Qualcoom. No solo eso, la compañía británica también está activa en robótica avanzada y juegos, sin mencionar las perspectivas que se abren para Nvidia en la industria automotriz yinteligencia artificial. como explica El Sol 24 Horas “Tener CPU Arm junto a los procesadores gráficos es, por lo tanto, una forma de ofrecer servicios integrados sobre IA en una plataforma de hardware para una variedad más amplia de dispositivos”.
Softbank, por su parte, cobra una cantidad considerable tan solo 4 años después de la adquisición de Arm, comprada en 2016 por 30 millones de dólares (10 menos que el precio de venta). La compañía japonesa también consigue desviar la atención sobre las noticias surgidas en las últimas semanas relativas a la compra de miles de millones de dólares de derivados que creó más de una sacudida en el Nasdaq.