La movilidad de los italianos nunca había sido tan considerada como en los últimos meses. La forma en que se desplazan las personas con sus repercusiones en el medio ambiente y la calidad de las ciudades es un tema sobre el que la ministra Mateo Salvini decidió entablar una pelea con los alcaldes. Desde hace meses agita el nuevo código de circulación como un garrote sobre las cabezas de los primeros ciudadanos. Es pecado pensar mal, recordó. Julio Andreotti, pero Salvini sólo digirió al alcalde del PD de Bolonia, mateo lepore ha tenido éxito con el límite de 30 kilómetros por hora en la ciudad. ¿Pensó en él cuando incluyó fuertes limitaciones a la introducción de estas medidas en el nuevo Código? Hay quienes dicen que sí. El nuevo código, sin embargo, fue aprobado en la Cámara y está siendo discutido en el Senado.
Todo el poder para el gobierno.
Es problemático imaginar a Salvini como un apasionado de la sostenibilidad y la transición ecológica, pero un grupo de expertos y técnicos de movilidad le recordó cómo se hace. En primer lugar, debe romper el proyecto de ley del nuevo Código. Entonces debemos dar -no quitar- confianza a los alcaldes en lo que respecta a las ZTL, los límites de velocidad, los carriles bici y los aparcamientos y abandonar cualquier idea de normativa nacional sobre el tráfico urbano. Sorprende, por ejemplo, lo que se ha escrito sobre las ZTL. Para poder establecerlos en el futuro, deberán cumplirse conjuntamente los requisitos de calidad del aire y patrimonio histórico. Es decir, se impide a una administración municipal limitar los coches sólo porque el aire es irrespirable o para proteger una determinada zona. Hoy las razones son distintas.
Los expertos y representantes del Club de Kioto pidieron a los senadores que, cuando se reabra el Parlamento, no aprueben el texto y lo revisen en partes centrales, como la de volver al gobierno decisiones que hoy adoptan los alcaldes. De hecho, a Salvini le gustaría que el gobierno reescribiera todo el Código mediante decretos legislativos y actos reglamentarios. La estrategia esconde el intento de centralizar las decisiones sobre cuestiones que deben abordarse localmente. Es probable que el ministro no tenga tiempo de hacerlo, que desaparezca antes con todas las nubes que se ciernen sobre el futuro de la Liga. Sin embargo, si el Senado no modifica el texto aprobado por la Cámara, la seguridad vial y el medio ambiente urbano estarán ciertamente en riesgo. Corresponderá a los que vengan después remediar los desastres.