comparte

UE, nuevas normas contra el blanqueo de capitales y la evasión fiscal

Aprobado en primera lectura con amplísima mayoría por el Parlamento de Estrasburgo - Para la decisión final habrá que esperar a la votación del Consejo y al examen del nuevo Parlamento Europeo - En el punto de mira, además de los intermediarios financieros y profesionales (sujetos a nuevas obligaciones) también las "personas políticamente expuestas".

UE, nuevas normas contra el blanqueo de capitales y la evasión fiscal

Aprobado en primera lectura por amplísima mayoría por el Parlamento de Estrasburgo. Para la decisión definitiva habrá que esperar la votación del Consejo y el examen por parte del nuevo Parlamento Europeo. En el punto de mira, además de intermediarios financieros y profesionales (sujetos a nuevas obligaciones) también “personas expuestas políticamente”, según una genérica y desafortunada definición del texto.

Será un arma más contra las mafias y grupos terroristas cuyo radio de acción desde hace años ya no conoce las fronteras entre estados. Pero también será una herramienta adicional, y quizás más efectiva que las que ya existen, para combatir la gran evasión fiscal. Un instrumento que finalmente se utilizará también para "tener bajo control" -como reza el texto de un proyecto de directiva que acaba de aprobar el Parlamento Europeo en su sesión plenaria en Estrasburgo- a las "personas políticamente expuestas"; como aquellos que "han sido investidos de importantes cargos políticos".

Estamos hablando aquí de un proyecto, cabe señalar, que pasó, eso sí, con una mayoría muy amplia en primera lectura. Pero que habrá que someter al escrutinio del nuevo Parlamento por los diputados elegidos en las consultas europeas de mayo: y también a la aprobación paralela también por parte del Consejo, en el que están representados los 28 gobiernos de los estados miembros de la UE, es decir de la otra institución Unión Europea, a la que se atribuye, además del Parlamento, el papel de codecisor en la aprobación de disposiciones legislativas.

Las nuevas normas prevén la creación de registros públicos en los que será obligatorio inscribir el nombre de los beneficiarios reales de sociedades o incluso de grupos financieros o industriales, así como cualquier operación financiera o patrimonial en la que hayan intervenido. Y, más particularmente, aquellas operaciones que presenten aspectos de insuficiente transparencia.

“Los registros públicos harán más difícil la vida de los delincuentes que intentan ocultar su dinero”, dice Judith Sargentini, la diputada holandesa perteneciente al grupo parlamentario de los Verdes, ponente del proyecto de directiva que representa a la comisión parlamentaria de libertades civiles. También subraya que la economía europea pierde cada año "enormes cantidades de dinero" sustraídas de las arcas de los Estados miembros a causa de la evasión fiscal.

“Hoy es un buen día para los ciudadanos respetuosos de la ley, pero un mal día para los delincuentes”, se hace eco el ponente en nombre de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, el letón Krisjanis Karins, miembro del Partido Popular Europeo.

Los registros, según el texto aprobado en primera lectura, deben estar interconectados y "disponibles públicamente, previa identificación de la persona que pretende acceder a la información a través de un registro básico en línea". Se prevén otras disposiciones para proteger la confidencialidad y garantizar que en los registros solo se incluya la información "necesaria".

Los sujetos obligados a matricularse, nos enteramos de la lectura del proyecto aprobado con 643 sí, contra 30 no y 12 abstenciones), completan una larga lista. Van desde bancos e instituciones financieras en general hasta casinos y toda una serie de profesionales que se ocupan de las transacciones financieras a diario por su trabajo. Es decir, por ejemplo, agentes inmobiliarios, contadores, abogados, notarios, auditores, asesores fiscales.

A los pertenecientes a estas categorías, tanto profesionales como empresas, las normas contenidas en la directiva exigirán, además del cumplimiento evidente de las normas civiles y penales que regulan las actividades financieras, el compromiso de denunciar cualquier operación no transparente de la que llegar al conocimiento en sus respectivas actividades profesionales.

Paralelamente a este proyecto de directiva, la Asamblea de Estrasburgo aprobó (nuevamente en primera lectura: 627 a favor, 33 en contra y 18 abstenciones) la propuesta de reglamento, es decir, una ley que es directamente aplicable en todos los Estados miembros y, por lo tanto, no necesita transponerse a la legislación de cada país de la UE sobre la transferencia de fondos. Disposición cuyo objetivo es mejorar la trazabilidad de los contribuyentes, beneficiarios y sus bienes.

Es fácil prever que las obligaciones consagradas en las nuevas normas, aunque reciban un importante apoyo parlamentario, no serán acogidas con entusiasmo por los destinatarios. No sólo, como se desprende de los miembros de organizaciones criminales o terroristas, sino también de las personas que se enfrentan a nuevas obligaciones. Y que, con toda probabilidad, apelarán a los deberes de confidencialidad asociados a sus respectivas profesiones.

Luego hay un aspecto que seguramente provocará oleadas de aprobación por parte de aquellos que, a menudo con razón, están "cansados ​​de los políticos". O más bien, se podría argumentar, una forma distorsionada de hacer política. Y es la que, en esta ley europea aún pendiente de segunda lectura, se refiere a “personas políticamente expuestas”. Definidos genéricamente como “en mayor riesgo de corrupción” precisamente por el papel político que desempeñan. Quienes, parece entenderse, podrían ser jefes de estado o de gobierno, ministros, parlamentarios, etc.

Ahora bien, si así fuera, el texto de estas normas sería por lo menos infeliz. No porque ocupar determinados cargos signifique estar libre de la obligación de respetar las leyes. Lejos de ahi. Pero sería del todo inaceptable que en un Estado democrático, es decir en cualquiera de los 28 Estados miembros de la Unión Europea, los pertenecientes a determinadas categorías de ciudadanos, por el solo hecho de ocupar un cargo público, entraran por ley en una nueva categoría de "vigilancia especial".

Revisión