El mercado inmobiliario ve suelo en el horizonte, pero el aterrizaje aún está lejos. La incertidumbre que caracteriza la coyuntura económica actual y las estrategias de asignación del sistema bancario exponen al sector inmobiliario a fluctuaciones en un marco que, en algunos de sus componentes, muestra una tendencia a la mejora.
“El tímido optimismo que se había extendido hacia finales de 2013 –se lee en el Observatorio del Mercado Inmobiliario 2014 editado por Nomisma– con referencia a las perspectivas del sector inmobiliario, se reflejó solo parcialmente en la dinámica real registrada. La esperada interrupción del descenso de las transacciones unitarias inmobiliarias, tanto residenciales como empresariales, no se ha producido y, a pesar de la revisión de precios, la magnitud de los descuentos y el evidente exceso de oferta, la recuperación de las ventas lucha por despegar” . El estudio al que se refiere Nomisma se refiere a 13 ciudades intermedias: Ancona, Bérgamo, Brescia, Livorno, Messina, Módena, Novara, Parma, Perugia, Salerno, Taranto, Trieste y Verona.
Para Nomisma, el peso del componente crediticio se confirma como determinante en la orientación de la dinámica futura; el aumento persistente de las solicitudes de crédito sigue siendo contrarrestado por la gestión de la oferta, que en la mayoría de los casos sigue siendo cuidadosa y selectiva. La "limpieza" de los balances bancarios parece un paso ineludible hacia un mayor apoyo a la economía real. El escenario de recuperación parcial de los desembolsos, aunque en niveles incomparables con los picos previos a la crisis, parece coherente con el proceso de "normalización" iniciado recientemente.
Si por el lado de los valores surgen indicios controvertidos, que no permiten descartar una nueva ola de recesión, por el de las transacciones los elementos disponibles nos hacen pensar que se ha emprendido ahora un camino de ascenso gradual, que en cualquier caso El caso promete ser lento y no exento de trampas. El Informe dice: “Las casi 404 viviendas vendidas en 2013 representan el punto más bajo de una curva cuya tendencia, tras el descenso de los últimos meses, tomará una inclinación progresivamente más marcada sin permitir, sin embargo, hasta 2016 la superación del umbral de 500 transacciones, considerado incomprensible hasta hace un par de años”.
Si aparecieron algunos signos de cambio en los principales mercados italianos durante la segunda mitad de 2013, los primeros signos de un cambio de ciclo también se pueden ver en los 13 mercados intermedios, que pueden atribuirse razonablemente a los primeros meses del año en curso.
Las ventas de inmuebles sufrieron una fuerte contracción en 2012, a la que siguió una nueva caída, decididamente menor, en 2013. Esta es una tendencia común a todos los mercados urbanos, tanto metropolitanos como provinciales.
En los últimos cinco años en Italia el mercado de compraventa se ha contraído un 41% en el sector residencial (es decir, 280.900 transacciones menos, una media de 56.200 al año) y un 46% el de inmuebles destinados al sector servicios y comercio. La lectura general es de agotamiento progresivo del fuerte impulso recesivo y de estabilización gradual del mercado en cantidades que, en comparación con el período anterior a la crisis, han disminuido entre un 40-50%.
Si dentro del segmento residencial de los principales mercados es posible percibir la interrupción de la tendencia negativa, en los 13 mercados intermedios se percibe una débil reversión de signo.
En un mercado en el que ha crecido significativamente el peso del componente oportunista, en detrimento del componente de largo plazo, el segmento del alquiler muestra una dinámica más positiva: el sector de la vivienda en los grandes mercados registra una estabilización desde el punto de vista del contratos estipulados, mientras que en los 13 mercados intermedios las señales vuelven a ser más débiles.
En conclusión, también se puede proponer la interpretación de una "mejora tímida" para los 13 mercados intermedios.