2012 es verdaderamente un año de pesadilla para Nokia. El gigante finlandés de la telefonía móvil cerró el primer trimestre con un pérdida neta de casi mil millones de euros (929 millones). Las ventas ascendieron a 7,35 millones (-29%), mientras que la pérdida operativa alcanzó los 1,34 millones. Tras la publicación de estos números, la compañía ha indicado que serán necesarios nuevos recortes sustanciales.
“Estamos atravesando un período de grandes cambios – comentó el CEO, Stephen Elop – En el último año nuestra nueva estrategia ha dado sus primeros frutos, pero hemos tenido que hacer frente a una competencia más feroz de la que esperábamos”.
La semana pasada, Nokia había lanzado una advertencia de ganancias: el anuncio de que el negocio de telefonía sería deficitario en los dos primeros trimestres del año había hecho colapso de la acción en la bolsa de valores. Sin embargo, la pérdida registrada supera con creces las previsiones, con analistas que habían estimado una pérdida de 554 millones de euros. En el mismo período de 2011, la empresa había obtenido unos beneficios netos de 344 millones. Recientemente, la agencia Moody's rebajó la calificación de Nokia.
