“Es necesario un compromiso de cohesión nacional para afrontar y superar las difíciles pruebas que están en la agenda”. Este es el mensaje lanzado hoy por el jefe de Estado, Giorgio Napolitano, en referencia a los ataques especulativos que sufre Italia en los mercados financieros. Un compromiso “que más que nunca debe liberarse en este momento en nuestro país, en la sociedad y en las instituciones”.
Mientras tanto, el Primer Ministro Silvio Berlusconi persiste en optar por el silencio, probablemente reprimido por el temor de perturbar aún más los mercados -como ya ha explicado el portavoz Paolo Bonaiuti-, especialmente después de sólo dos días de la sentencia de apelación sobre el Lodo Mondadori. Las palabras de Napolitano encuentran un apoyo insólito en el ministro de Simplificación, la Liga Norte, Roberto Calderoli, quien subrayó la necesidad en este momento de que "todos jueguen del mismo lado".
Tras el desplome del viernes, la Bolsa de Milán sigue hundiéndose, acumulando pérdidas que superan los tres puntos porcentuales, mientras que el diferencial entre los bonos del Estado y los bunds vuela más allá de lo imaginable, rompiendo el muro de los 300 pb. Y en las mismas horas la mayoría parece haberse convencido de que para tranquilizar a los mercados es necesario ante todo dar una imagen de cohesión. Se necesitan acuerdos rápidos si queremos reaccionar ante el embate de la especulación. Y el primer paso solo puede ser la aprobación de la maniobra financiera rápidamente: dentro de la semana, según el superministro de Economía Giulio Tremonti.
La presidenta de Confindustria, Emma Marcegaglia, subrayó que "sería una locura perderse en conflictos al interior de la mayoría" y que en momentos como estos "hasta la oposición debe unirse y trabajar con el gobierno". Una apertura cautelosa proviene de las oposiciones: "Nosotros en el Parlamento siempre hemos colaborado y colaboramos -aseguró el líder del Partido Demócrata, Pierluigi Bersani-, pero basta de palabrería y señales de humo del Gobierno".
