"Querido Jeff, no lo olvides". Lunes por la mañana, poco después del amanecer, Elon Musk publicó un tweet con un medallista de plata con un enorme número dos. Una forma elocuente de recordarle a su rival Bezos, el accionista número uno de Amazon, que él, el pionero de Tesla, es el hombre más rico del mundo, con un patrimonio en bolsa de 222 millones de dólares, frente a "solo" 191 millones del rival. Cosas dignas de un viejo Mickey Mouse, cuando Scrooge McDuck y Rockerduck se dieron una paliza para competir por la primacía.
El ejemplo tiene sentido, porque los dos hombres más ricos del planeta se han lanzado ahora el guante del siglo: uno de ellos, ambos están convencidos, liderará la conquista del espacio. Bezos, al frente de Blue Origin, está persiguiendo por ahora. Pero el fundador de Amazon no es de los que se dan por vencidos. Así lo demuestra el tuit publicado el domingo por la noche en el que reproduce la portada de un antiguo Barron's, fechado en 1999, en el que el semanario financiero estadounidense más respetado explicaba los motivos por los que Amazon no triunfaría.
El futuro, escribieron los analistas, pertenece a los grupos integrados que venden los productos que producen. No a un comerciante en línea. “Aprendí entonces –comenta Bezos– que cuando crees en algo no tienes que escuchar a nadie. Esa es la única forma en que puedes ganar". Pero esta vez no lo lograrás, Musk, ciudadano de Texas durante una semana, lo manda a decir tanto en protesta por el cierre impuesto a las fábricas por California como para mantenerse cerca de su última criatura: Starship, el monstruo de acero inoxidable creado por Space X que emerge de las marismas del Golfo de México con sus 33 motores capaces de desarrollar el doble de potencia que Saturno V, el vector que lanzó al espacio al Apolo hacia la Luna.
Starship, según los dibujos de Musk, será el cohete que dará inicio a la misión de transportar los primeros hombres en marte. Pero no será la única misión "histórica" de la última creación del inventor multimillonario sudafricano. Antes de viajar al planeta rojo, Starship se pagará a sí mismo en grandes cantidades al derrotar a la competencia en el espacio.
De hecho, ningún otro portaaviones podrá garantizar sus prestaciones, siendo capaz de transportar un peso de 100 toneladas alrededor de la tierra. Y antes de eso, el Halcón 9 Otro cohete del establo del fundador de Tesla, para hacer un vacío: gracias a su revolucionario sistema de producción, basado en 3D, Musk prácticamente ha abolido la subcontratación reduciendo significativamente el costo de los cohetes.
Hasta ahora, tanto en Europa como en América, la construcción de cohetes se ha repartido a menudo entre varios proveedores, para satisfacer a todas las industrias nacionales oa los distintos grupos de presión. Musk diseña y fabrica todo en casa, con un fuerte ahorro en los precios. También en beneficio de los clientes, en primer lugar la NASA que calculó que Space X gastó 400 millones de dólares para desarrollar el cohete Falcon 9, o más o menos una décima parte de lo que cuestan los cohetes de la competencia.
Tanta gloria, quizás demasiada, según Jeff Bezos. Te arriesgas, es su acusación, un monopolio dañino para todo el mundo. En particular, Blue Origin, aislada del desarrollo de la nave espacial para el alunizaje, corre el riesgo de tener que detener el desarrollo de su prototipo, el Nuevo glenn, para el que ha invertido más de 2,5 millones de dólares. De ahí el atractivo del fundador de Amazon: no solo Musk corre el riesgo de tener una ventaja insalvable porque podrá imponer sus estándares a la NASA, sino que, gracias al dinero recaudado, pudo iniciar el desarrollo de la red satelital capaz de distribuir Internet en el espacio.
Aquí está la razón de El mal humor de Bezos. y de la calma la superioridad de almizcle, convencido de poder hacer el en plein en órbita. Pero en el espacio, según las previsiones, sin duda habrá sitio para al menos otro competidor del multimillonario de Tesla, dispuesto a volcar todas las ganancias de las estrellas en la construcción de su último y magnífico juguete que se levanta a orillas del Golfo. de México con la tarea de llevarlo a Marte.