El 9 de junio, después de solo ocho meses en el cargo, Antonella Mansi dejará la presidencia de la Fundación Monte dei Paschi di Siena, negándose a presentar su candidatura para un segundo mandato. Una decisión sorpresiva, que llega en un momento delicado para el Palazzo Sansedoni.
“Los objetivos estaban claros –explicó Mansi en una entrevista con Corriere della Sera–, mi trabajo y mi servicio al área local han terminado. Entiendo que parezca raro que no sea una 'poltronara', pero lo es. Podría perderlo todo en términos de reputación y credibilidad. Crucé un vado difícil y ciertamente no lo hice para hacer una carrera. Y creo que ahora puedo seguir mis trayectorias".
Mansi dejará el liderazgo de Rocca Salimbeni con un balance positivo: cero deudas, activos de 450 millones y, lo que es más importante, una presencia aún más significativa en los balances de patrimonio del Banco.
El miércoles, la asamblea de Mps aprobará la operación de capital que entrará en ejecución a mediados de junio y solo entonces habrá una medida precisa de las nuevas estructuras del instituto dirigido por Fabrizio Viola: la Fundación, que retiene el 2,5% (frente a 49,9% en febrero de 2011), es parte de un pacto de accionistas que actualmente tiene un 9% de fuerza (pero se espera que incluya nuevos socios), que incluye a Fintech Advisory (4%) y los brasileños de Btg Pactual, en el centro la noticia también por la negociación para la compra de Bsi a Generali.
El 22,2% del capital, según trascendió en la reunión del 29 de abril, está controlado por fondos e inversores internacionales, entre los que se encuentra BlackRock con una participación de poco más del 3%.
"Sigo siendo vicepresidente de Confindustria y gerente de mi empresa", agregó Mansi, descartando luego postularse a la dirección de industriales en el futuro, porque "para hacerlo, y bueno, se necesitan cuatro años en los que uno está ausente". o en todo caso presentes de forma muy relativa a sus propias actividades. No solo no puedo sino que no quiero en esta etapa de mi vida. Ahora mismo creo que tengo que recuperar una dimensión personal. Mi rol en la empresa no es formal y por lo tanto no puedo sostener estos ritmos. La mente también debe pensar, y no sólo trabajar".
