O llega un socio bancario o empiezan las ventas: esta es la encrucijada a la que se enfrenta Monte dei Paschi, que, tras el éxito de la última ampliación de capital de 3 millones de euros, debe cumplir con las recomendaciones del BCE.
El banco central europeo que dirige Mario Draghi insiste en que el banco sienés se afiance mediante una fusión con un socio bancario pero estos días no es fácil transitar por ese camino y por ahora no hay nada concreto en el horizonte.
Por eso, el director general de Mps, Fabrizio Viola, a quien en breve deberá incorporarse un nuevo presidente tras la decisión de Alessandro Profumo de marcharse para cultivar un nuevo proyecto profesional personal, comienza a estudiar un plan B que prevé esencialmente la ruptura de la banco sienés.
La reorganización del Monte se realizaría mediante la venta de algunos activos adquiridos en gestiones anteriores, a saber, las sucursales del antiguo AntonVeneta, que parecía ser el banco del Nordeste destinado a pilotar el despegue de Siena hacia el tamaño y papel de un gran banco nacional y que, en cambio, se convirtió en una fuente de problemas, también gracias al colapso inesperado de los mercados financieros, pero también de las sucursales de la antigua Banca Agricola Mantovana y las de la antigua Banca del Salento.