Rusia critica duramente la decisión, anunciada ayer por la Unión Europea, de iniciar negociaciones con Azerbaiyán y Turkmenistán para la construcción de un gasoducto que lleve metano del Caspio a Europa a través del Corredor Sur. De hecho, la UE desearía reducir la dependencia del Viejo Continente respecto de Moscú, mientras que Rusia está desarrollando el oleoducto South Stream que se espera que lleve metano ruso a Europa a partir de 2016.
El Ministerio de Exteriores ruso ha expresado su decepción, a través de un comunicado oficial, "por esta decisión de la Comisión Europea que parece haber sido adoptada sin tener en cuenta la situación legal y geopolítica de la cuenca del Caspio". Según Moscú, el acuerdo de ayer violaría el acuerdo firmado en 2007 entre Rusia y los 5 estados ribereños del Mar Caspio, que prevé un compromiso mutuo de consulta sobre todos los temas de carácter estratégico.
