Italia no necesita una nueva maniobra financiera y no se vislumbra en el horizonte el espectro de una patrimonial. Mario Monti intenta enviar una señal tranquilizadora sobre la estabilidad de las cuentas públicas italianas a pocos días del inicio de agosto, mes en el que tradicionalmente la especulación se vuelve más voraz que nunca. “No tenemos intención de hacer nuevas maniobras – dijo el primer ministro tras el MDL que sancionó la reducción de las Provincias -. Ya vamos por el camino previsto para alcanzar los objetivos presupuestarios”.
En cuanto al impuesto más temido por el PDL, el impuesto patrimonial, el Profesor aclaró que “no forma parte de las intenciones o programas del gobierno. Leí en otro diario que 'Monti y Merkel también quieren los activos por encima de los 250 mil euros'. El artículo se refiere a 'una voz', pero yo no he oído esa voz”.
Monti volvió entonces a la reunión del miércoles con el Jefe de Estado, que el propio Napolitano había calificado de "imprevista y urgente". En realidad, era una de las citas periódicas “en las que informo sobre la actividad del Gobierno y sobre encuentros internacionales –minimizó el Premier–. Se discutieron las perspectivas de la coyuntura política, no las emergencias financieras ni los decretos de agosto".
Y es precisamente el escenario político lo que más preocupa al presidente del Gobierno, que hoy ha llamado al orden a los partidos, instándolos indirectamente a no apretar el botón del euroescepticismo durante la campaña electoral. “Habrá espacio incluso para recetas diferentes -añadió Monti-, pero siempre a raíz de una visión que es la que está en los Tratados de la UE incluido el ratificado ayer por Italia” sobre el Pacto Fiscal y el Mecanismo Europeo de Estabilidad. En definitiva, "es importante que las fuerzas políticas lleguen a acuerdos sobre reformas político-institucionales, porque a medida que se acerca la conclusión de esta experiencia de gobierno, es fundamental que haya una confianza bien fundada en Italia y en el exterior de que el retorno a más las prácticas parlamentarias habituales van de la mano con la misma determinación en la aplicación de políticas económicas incisivas y este aspecto no se debilita".
Según el primer ministro, de cara a las elecciones, “también es comprensible que aspectos de trascendencia política adquieran mayor importancia en las valoraciones de las fuerzas políticas”. Sin embargo, "creo que es necesario que recuerde a las fuerzas políticas que apoyan a la mayoría la necesidad, en interés del país y de los ciudadanos, de no perder el compromiso y el ritmo de decisión: tenemos dos Cámaras que están trabajando con mucha energía en nuestras medidas, no se debe frenar este ritmo porque sería una verdadera lástima no asegurar completamente las cuentas y poner en marcha las bases para el desarrollo futuro”.
