Con una facturación de 87 millones, un 11,5% más que los 78 millones facturados en 2012, Moleskine cerró 2013 con un beneficio de 19,2 millones de euros, un ligero descenso del 2,4% frente a los 19,7 millones del año anterior. El Ebitda fue de 33,6 millones, en línea con los 33,5 millones de 2012.
La deuda financiera neta a cierre de 2013 asciende a 16,1 millones, frente a los 43,5 millones registrados a igual fecha de 2012 y frente a los 20,1 millones a 30 de septiembre pasado. “Estoy satisfecho con el sólido crecimiento de dos dígitos logrado en 2013, en todas nuestras áreas geográficas y canales de distribución”, dijo Arrigo Berni, CEO del grupo. “Hemos sentado bases sólidas para continuar implementando nuestra estrategia que, combinada con las tendencias positivas del mercado, nos permitirá alcanzar nuestras metas de desarrollo para 2014 y más allá”.
Para los próximos años, como parte del plan estratégico 2014-2016 aprobado por el consejo de administración y presentado hoy a los analistas en la sede de Borsa Italiana, la compañía espera que los ingresos crezcan con una CAGR del 16% hasta alcanzar los 135-140 millones en 2016. Mejora que la compañía, ha explicado el consejero delegado, tenderá a conseguir siguiendo la estrategia de Moleskine de “expansión continua de la notoriedad de marca”, ampliando la gama de productos y optimizando su red de distribución.
Como parte del plan de tres años, se espera que la posición financiera del grupo, que fue negativa en 16 millones a finales de 2013, pase a ser positiva ya en 2015, con una nueva mejora el año siguiente.
“Confío”, concluyó Berni, “en que las inversiones que estamos realizando, en particular para optimizar nuestra estructura de distribución, soportarán un alto crecimiento a medio-largo plazo”.
En la Bolsa de Valores de Moleskine, la jornada cerró con una baja del 9,60%.
