A falta de temas más interesantes de los que hablar (el desafío del campeonato ha terminado antes de que comience), el crisis de la milanesa sigue siendo uno de los temas candentes de nuestro fútbol. Después de todo, el terreno de juego y la clasificación hablan por sí solos: en 85 partidos de liga, el Milan y el Inter han sumado XNUMX puntos juntos y languidecen respectivamente en el noveno y décimo lugar de la clasificación, entre Turín y Palermo.
Il derby, hace unos días, dio la razón a los nostálgicos de la primera hora (los que "una vez fueron Maldini y Zanetti, ahora están Abate y Frog") con un deslucido gol sin goles que sobre todo mostró los muchos límites de ambos equipos. Una cuestión de poder económico, dicen, los jugadores fuertes necesitan dinero, etc.
Todo cierto. Después de todo las vacas gordas se han ido, los tiempos de los presidentes patronos que podían gastar y repartir sin mirar, si no de un vistazo, al presupuesto. Moratti el se ha ido y Berlusconi cerró los hilos del monedero. Por eso los planes de relanzamiento de Milán e Inter pasan, y no podía ser de otra forma, por la financiación.
Para Milan es una cuestión de consonantes. Abeja o Lee. El broker tailandés Bee Taechaubol (conocido como Mister Bee, simplemente para asegurar la continuidad del negocio) o el empresario de Hong Kong Richard Lee, que lidera un consorcio alimentado sobre todo por fondos chinos. Son los duelistas en la subida al club rossoneri.
Por el momento parece estar por delante, al menos por una cuestión de tiempo, Señor abeja, que ya ha realizado el análisis de las cuentas y que ha aceptado en lo esencial la valoración dada por Silvio Berlusconi a la empresa: 1 millones 100 millones. Por el momento, la idea que es la más popular alrededor de Milanello (o quizás sería más correcto decir en las oficinas de Fininvest) es proceder inicialmente con la venta del 20%, para inyectar rápidamente en las arcas de la Milán. la liquidez necesaria para el relanzamiento técnico del equipo.
En un segundo momento Bee, o Lee, procedería a la compra de otro 45%, poniendo así fin al ciclo de Berlusconi, uno de los más exitosos, se mire como se mire, en la historia del fútbol.
En cuanto al Intersin embargo, no se vislumbra ningún cambio de propiedad (al fin y al cabo, Thohir lleva menos de dos años en el cargo), sino simplemente una operación de refinanciación, mediante la reapertura del bono lanzado el pasado mes de mayo por los nerazzurri y suscrito por Goldman Sachs.
El banco de inversión estadounidense tendrá la tarea de retirar la emisión anterior (un bono de 220 millones de euros) y lanzar una nueva, por un monto total de alrededor de 300 millones de euros. Dinero que servirá para cubrir plazos y saltar al mercado en busca de los jugadores adecuados para el futuro del Inter. Con la esperanza de que, en el próximo derbi, los nostálgicos no estén todavía en lo cierto.