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Milán: Turín derrotado, Europa enganchada

Los rossoneri vuelven a ganar gracias a un gol de Rebic y ascienden a la sexta plaza – El renacimiento trae dos firmas: Zlatan Ibrahimovic y Stefano Pioli

Milán: Turín derrotado, Europa enganchada

Milán vuelve a ver Europa. La victoria sobre Turín le vale el enlace a Verona y Parma, pero sobre todo un menos 4 de Roma que finalmente autoriza una buena dosis de optimismo. Los rossoneri, que disputan su tercer partido en ocho días, confirman que les han resultado muy interesantes los automatismos de juego, así como un estado de forma que los convierte en algo peligrosos para todos. Al fin y al cabo, a excepción de la segunda mitad del derbi, el 2020 para el equipo de Pioli fue prácticamente perfecto y este, con 14 partidos disponibles, deja abiertos escenarios inimaginables hasta hace poco. Está claro que la llegada de Ibra fue decisiva, no tanto por el factor gol (al fin y al cabo sólo marcó dos), sino por haberle dado al Milan un sentido lógico que parecía inalcanzable.

El renacimiento rossoneri entonces, además del sueco, lleva la firma de Stefano Pioli: llegado en octubre ante el escepticismo general, el técnico ha ido moldeando poco a poco al equipo a su imagen y semejanza, hasta el actual 4-2-3-1 que sabe tanto sobre un punto de inflexión. Ayer hubo cierta preocupación por su estado físico tras los duelos ante Inter y Juve, sobre todo porque por la mañana Calhanoglu, que se encontraba en su nuevo rol detrás de Ibra, había levantado la bandera blanca por un problema muscular en la pantorrilla. En cambio, el Milán supo encarar el partido a la perfección, poniendo contra las cuerdas a un Turín en apuros sobre todo mental: pesa mucho la quinta derrota consecutiva, sobre todo tras las victorias de Génova, Lecce y Fiorentina, que le succionan a la zona más caliente de el campeonato

En situaciones como estas las piernas tiemblan y los rossoneri, decididamente más con el balón, lo aprovecharon desde el inicio, primero acercándose al gol con el revivido Paquetà, luego encontrándolo con Rebic, ya definitivamente de vuelta al nivel del Eintracht (25 '). La primera parte siguió así, con tarjeta amarilla en el 44': Kjaer se lesionaba y Musacchio se negaba a entrar, dejando la ficha al joven Gabbia (su juego fue excelente). Oficialmente, el argentino sintió dolor en la pantorrilla pero la sensación, también por no volver al banquillo tras el descanso, es que ha pasado algo más.

En cualquier caso, los rossoneri empezaron la segunda parte igual que terminaron la primera, casi doblándose primero con Ibra y luego con Castillejo. Sin embargo, con el paso de los minutos, el cansancio se hizo sentir y el Toro, tranquilizado por el resultado aún en la balanza, elevó el centro de gravedad, sin embargo nunca llegar a inquietar realmente a Donnarumma. Con el pitido final en el Fabbri San Siro pudo regocijarse por un importante éxito, que proyecta al Milan a solo cuatro puntos de la Roma: un gol impensable hasta Navidad, cuando la diferencia con los giallorossi era de dos dígitos.

“Creo que además del resultado, también está el buen desempeño – comentó Pioli. – Les había pedido a los chicos un esfuerzo importante y me lo devolvieron de la mejor manera posible, aunque lo hubiéramos podido cerrar antes. La clasificación está ahí y todavía quedan 14 partidos por jugar, pero de nada valdrá esta victoria si no lo hacemos bien también el sábado. Ahora no podemos mirar al futuro, todavía queda mucho por hacer, solo pensaremos en eso al final del campeonato”.

Cierto, porque al final los resultados contarán por encima de todo y esos están aún por conquistar. Por supuesto, sin embargo, que haber puesto de nuevo en pie un barco que parecía haberse hundido ya es algo excelente, tanto que muchos, alrededor de Via Aldo Rossi, están comenzando a mirar a Pioli con ojos decididamente diferentes.

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