Los chinos avanzan a toda velocidad: ¿en el deporte, el comercio, la industria? En absoluto: Alemania pone el pie en el suelo y opta por bloquear la adquisición de Aixtron, un proveedor de equipos para la industria de los semiconductores, sobre el que la china Grand Chip Investment había hecho una propuesta. Así se para una operación de 670 millones de euros y la acción baja en bolsa.
Pero, ¿por qué Angela Merkel, de la mano de su ministro de Economía, Sigmar Gabriel, dijo que no? 2016 fue un año de explosión de adquisiciones chinas en Alemania (y más allá) con un volumen total valorado en 10 mil millones de euros. En los últimos meses, el intento de bloquear a Kuka (un actor global líder en robótica y automatización) había fracasado. De hecho, no fue posible crear un consorcio de empresarios alternativos.
Pero el punto parece ser otro: Alemania intenta defender su industria más avanzada y estratégica para lograr la metamorfosis 4.0 de la producción industrial. Este es un paso fundamental, una nueva revolución ya en marcha y totalmente dedicada a lo digital. Las empresas de la tecnología más avanzada asumen en esta lógica una importancia estratégica que evidentemente Berlín no quiere dejarse robar por China, muy poco dispuesta a abrir su enorme mercado a empresas europeas con criterios de reciprocidad.
Angela Merkel marca el camino: ¿es este el comienzo de una nueva visión de la globalización?