El mercado inmobiliario italiano está cerca de un punto de inflexión. En la segunda mitad del año, gracias a la recuperación de la demanda, los precios dejaron de caer y ahora están cerca de la "invariancia". Palabra del centro de investigación Nomisma, que este miércoles ha publicado su último Observatorio Inmobiliario.
De momento la única ciudad donde los precios han vuelto a subir es Milán, donde las viviendas usadas y las viviendas a reformar registran un +0,3% semestral. Sin embargo, solo mejora el comportamiento de las zonas prime (centro y alrededores), mientras que continúa el descenso en las afueras (-0,2%).
No obstante, según el instituto boloñés, en los próximos meses la subida de precios se extenderá también a otras zonas del país, dando "un nuevo impulso a la recuperación".
No solo. Nomisma también subraya que la recuperación del mercado también podría llevar a los italianos con ahorros para invertir a centrarse en bienes raíces, después de que el componente de inversión casi haya desaparecido del mercado minorista en los últimos años.
En cuanto a las rentas, además de Milán, Bolonia también muestra cambios positivos. Pero en general, todo el mercado del alquiler ha sufrido los efectos de la crisis en menor medida que el inmobiliario: la caída es respectivamente del -20% para los alquileres y del -25% para los precios.
En el frente de las ventas, por otro lado, luego de la variación anual de +16% registrada a fines de 2016, se espera que se produzca una reducción significativa en el crecimiento en 2017, que según las previsiones de Nomisma se ubicará en +5%.
Según el Instituto Boloñés, "en 2017 la euforia se desvaneció ligeramente, dejando espacio para una mayor prudencia en las elecciones que surgen de la evaluación de las debilidades aún presentes en el mercado".
Las ventas de viviendas en Italia ascenderán a algo menos de 545; tomando como comparación 2006 -último año de la fase expansiva- el mercado residencial se contrajo cerca de un 36,6%, equivalente a más de 300 contratos menos estipulados.
