Otro mal día en los mercados. El cierre decepcionante de Wall Street se ha extendido a Asia y todas las magnitudes están en retirada. El culpable, como siempre, es la falta de avances en la crisis europea. Las bolsas están mal, el petróleo cae a 95 dólares (que es bueno para quienes lo consumen, pero malo porque revela un tono débil en la economía mundial), los tipos a largo plazo bajan (ellos también intuyen una ralentización) y el euro está siempre por debajo de 1.30. El índice regional MSCI Asia Pacific registra otro -1.5%, mientras que los signos de desaceleración se multiplican en China, Corea y Japón (el índice Tankan cayó más de lo esperado).
Y lo que es más la tendencia de la moneda china es preocupante, que muestra claros signos de querer depreciarse para contrarrestar la caída de las exportaciones. Las cotizaciones más cercanas a un mercado de futuros para el yuan: los contratos a plazo no entregables negociados en Hong Kong han caído durante ocho días consecutivos, lo que no ha sucedido desde hace diez años.
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