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Mediodía, se necesita una nueva política industrial

Según el Presidente de la República Napolitano, "el panorama de las condiciones económicas y sociales del Sur es inquietante y suscita una creciente preocupación por la abrumadora falta de oportunidades laborales y de perspectivas de futuro", alimentando en los jóvenes "la desconfianza, si no rendirse".

Mediodía, se necesita una nueva política industrial

“La situación es grave, la más grave desde la Segunda Guerra Mundial. Y requiere un compromiso particularmente severo para volver a poner a Italia en el camino del desarrollo. Pero debe quedar claro para todos que no puede haber ni recuperación ni desarrollo en todo el país si no se coloca en el centro de la acción política la secular y nunca resuelta cuestión de la división Norte-Sur”. Así lo afirmó Carlo Trigilia, profesor de sociología económica en el "Cesare Alfieri" de Florencia y ministro de Cohesión Territorial durante seis meses, en la presentación del Informe Svimez 2013.

Un documento repleto de datos y análisis, que este año ha alcanzado las mil páginas redondas y que, observa Giorgio Napolitano en el mensaje enviado al presidente de Svimez Adriano Giannola, muestra “un panorama inquietante de las condiciones económicas y sociales del Sur”. . Un panorama que “suscita una creciente preocupación por la abrumadora falta de oportunidades laborales y de perspectivas de futuro”. Y que, sobre todo entre los jóvenes, alimenta “la desconfianza, cuando no el abandono”. Con la consecuencia de que en este punto muchos emigran al Norte o al exterior (2,7 millones de personas, subraya el Informe) empobreciendo aún más “un patrimonio esencial de recursos humanos” en el Sur. Un cuadro que lleva al jefe de Estado a esperar “la puesta en marcha de un nuevo proceso de desarrollo nacional basado en las grandes energías y capacidades humanas presentes en el Sur”.

Esta es la clave que el Presidente de la República sigue sugiriendo utilizar para comenzar a reducir la brecha entre las dos Italias. Cuyas dimensiones se han ampliado aún más en los últimos años, como testificó el director de Svimez Riccardo Padovani en su discurso de presentación con una gran cantidad de cifras y evaluaciones. Quien pide la implementación de "una política industrial orientada a inversiones estratégicas para apoyar el relanzamiento del sector manufacturero" así como "la activación de la tributación diferenciada a favor del Sur". En otras palabras, dice, "dos herramientas cruciales para impulsar la recuperación y revertir la caída del empleo".

El ministro se mueve en la misma línea. “No puede haber recuperación en Italia –sostiene– si no se resuelve el nudo histórico del desarrollo del Sur. Es decir, un tema que parece haber desaparecido o al menos eliminado”.

Ese Sur, observa el presidente de Svimez Adriano Giannola, "es una zona que presenta grandes oportunidades, y sin embargo es también la rama sobre la que estamos sentados pero que hoy estamos aserrando y que por tanto está destinada a derrumbarse, arrastrándonos a la suelo también".

Incluso Giannola, como y más que Trigilia, no escatima críticas a las normas europeas. “No por culpa del euro, sino -especifica- por la ausencia de lo que debería existir junto a la moneda única: un sistema fiscal, si no exactamente único, al menos armonizado. Porque veintiocho regímenes diferentes en una unión de estados es una blasfemia para un economista. Y, sobre todo, en una Europa donde conviven diecisiete países unidos por una moneda única; y en consecuencia obligados a cumplir con reglas estrictas; mientras que los otros once pueden utilizar sin escrúpulos el arma de la devaluación de la moneda nacional en clave competitiva y penalizadora hacia los de la Eurozona. Y pueden calibrar el sistema tributario nacional para atraer inversión extranjera”.

Todavía en el tema de las sanciones derivadas de las políticas, normas y prácticas europeas, el presidente de Svimez señala otro que nos preocupa de cerca. “Italia – dice – es un gran benefactor en la UE pero un receptor relativamente pequeño de ayuda financiera de la UE. Básicamente, como resultado de un mecanismo burocrático y diría barroco que carga la parte nacional de cofinanciación de los fondos estructurales al déficit público, transfiere más de lo que recibe al presupuesto europeo. En definitiva, cuantos más fondos europeos recauda, ​​más corre el riesgo de superar el techo del 3% de la ratio déficit/PIB”.

En este tema, el ministro de Cohesión Territorial se define como "menos rígido que Giannola". Pero ni siquiera él es blando con las normas europeas y la forma en que se aplican. “Europa es importante, pero -señala- no puede convertirse en una jaula, hay que volver a proponer con fuerza el diseño de la integración europea, incluso dando puñetazos sobre la mesa, a nuestros socios europeos. De lo contrario, esas reglas corren el riesgo de resultar contraproducentes”.

Y, en cuanto a las recetas para un mejor uso de los fondos estructurales para el septenio financiero que se abre el 2014 de enero, Carlo Trigilia anticipa que "en la programación financiera 2020-80, el XNUMX% de los fondos europeos se repartirán concentrándolos en cuatro o cinco objetivos. Así evitaremos la dispersión de esos recursos en mil chorros: en definitiva, no al atasco de iniciativas. Sobre todo, ya no podemos permitírnoslo. Y además, respetando las prerrogativas de las Regiones y Municipios, estamos desarrollando una forma de coordinación a través de la Agencia para la cohesión territorial”.

Finalmente, en cuanto a las perspectivas energéticas del Sur, surgen algunos indicios interesantes de la intervención de Gianluca Comin, director de relaciones externas de Enel. “En menos de diez años –dice– el Sur se ha transformado de importador a exportador de electricidad, gracias al aumento de la capacidad de producción convencional y al auge de las renovables (solar y eólica en primer lugar)”.

“El objetivo para el futuro, dice, es una combinación sostenible tanto desde el punto de vista ambiental como económico. Este es un reto que se puede afrontar tanto con una mejora de la eficiencia energética y con intervenciones de regeneración urbana como por el efecto del crecimiento de las renovables. Sin menospreciar la constatación de que el Sur, por su posición geográfica, es la avanzada natural de una política energética, tanto italiana como europea, proyectada hacia el Mediterráneo”.

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