Las dos guerras que ensangrentaron nuestros días no podrán hacernos olvidar la otra tragedia que domina nuestra época: la del éxodo bíblico de inmigrantes africanos hacia Italia y Europa. Quien todavía piense en detener la ola de inmigrantes con la política de rechazo tan querida por la derecha se engaña a sí mismo. Es hora de abrir los ojos y cambiar de dirección, con el objetivo, como está haciendo Alemania, de gobernar con orden y no de exorcizar lainmigración. Una bonita contribución a una nueva forma de ver la inmigración y los inmigrantes proviene de la película de Matteo Garrone "yo capitan“, León de Plata en el Festival Internacional de Cine de Venecia y candidato aOscar. “Io Capitano” es el emblema de la nueva primavera del cine italiano –que también incluye “Rapito” de Marco Bellocchio, “Comandante” de Eduardo de Angelis y "Todavía hay un mañana" de Paola Cortellesi A pesar del final ligeramente inacabado, con razón nos enorgullecemos. Las técnicas cinematográficas que utiliza Garrone son espectaculares y hacen de la película una obra maestra. Pero lo que es aún más sorprendente es el mensaje de confianza en el futuro que emerge de la película y su cálida humanidad. No hay nada caritativo ni lacrimoso en la obra de Garrone: desmantela los mecanismos perversos de explotación de los inmigrantes pero -he aquí la originalidad de los contenidos- expresa un mensaje de esperanza: incluso aquellos que están en muchos problemas pueden salir adelante. Lo importante es no rendirse y no resignarse a pensar que el futuro es peor que el presente. No es fácil, pero se puede hacer. Gran Garrón.
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Matteo Garrone, lección de cine y orgullo italiano: en “Yo capitán” la inmigración no borra la esperanza
“I Captain”, la última película de Matteo Garrone nominada al Oscar, no es sólo una obra maestra de la técnica cinematográfica sino la expresión de un mensaje de esperanza incluso ante un drama aleccionador como el de la inmigración.