2014 realmente no podría haber comenzado mejor para Fiat. Sergio Marchionne ha ganado la batalla que corona toda su apuesta América, de la que depende la salvación y el futuro de Fiat. En las últimas horas, el consejero delegado de Fiat ha llegado a un acuerdo histórico con Veba para la compra de la última acción de Chrysler (41,4%) que aún no estaba en manos de los Lingotto.
Fiat pagará 3,65 millones de dólares, de los cuales 1,75 millones en efectivo, para adquirir así la participación en Veba y alcanzar el 100 por ciento de Chrysler que pasa a ser totalmente Fiat.
El próximo paso involucra la fusión Chrysler-Fiat y la cotización del gigante automotriz en Wall Street.
La conquista total de la casa de Detroit corona la estrategia americana de Sergio Marchionne a quien absurdamente muchos siempre han visto en Italia como humo y espejos y quien en cambio en USA y en el mundo es considerado un mánager ganador y con gran previsión. Gracias al éxito estadounidense, Fiat se asegura y asegura las fábricas italianas que siempre han permanecido abiertas incluso en los momentos de mayor dificultad, a diferencia de lo que han hecho muchos fabricantes de automóviles europeos que han eliminado muchos puestos de trabajo sin demasiada demora.
Hay que decir que tanto el gobierno Monti como el gobierno Letta y también el Presidente de la República Giorgio Napolitano siempre han alentado a Marchionne y Fiat a pesar de los desacuerdos de muchas fuerzas políticas y sindicales y la estrechez de miras de Confindustria (primero de Marcegaglia y Squinzi entonces) de la que salió Fiat hace dos años.
