A partir del próximo XNUMX de enero, Fiat y Fiat Industrial estarán fuera de Confindustria. Así lo anunció en una carta que Sergio Marchionne, director ejecutivo de Fiat, envió el viernes por la noche a la presidenta de Confindustria, Emma Marcegaglia.
Marchionne se refiere al preanuncio de fines de junio y reitera la intención de Fiat de aplicar, sin más restricciones, los acuerdos libremente acordados con la mayoría de los sindicatos y aprobados por los resultados de los referéndums de los trabajadores. Acuerdos que preocupan particularmente a Pomigliano y Mirafiori, donde Fiat está dispuesta a invertir a condición de que pueda contar con una paz social sustancial. Punto crucial es el cambio de escenarios derivado de la nueva versión del acuerdo interconfederal firmado por Confindustria y los sindicatos el 21 de septiembre que redimensiona la flexibilidad contractual que parecía garantizada por la primera versión del propio acuerdo (28 de junio) y por el artículo 8 de la 'última jugada del Gobierno. Ahora, sin embargo, según Marchionne, la flexibilidad de gestión se reduce y presenta muchas incertidumbres.
Después de todo, Marchionne siempre ha sostenido que la condición decisiva para invertir en Italia era y es la plena gobernanza de las fábricas, "sin afectar los derechos de los trabajadores". Marchionne escribe en efecto que Fiat pretende ser protagonista del relanzamiento económico e industrial y no descarta la posibilidad de establecer formas de colaboración con los organismos de Confindustria, comenzando por la Unión Industrial de Turín.
Finalmente, en la carta a Confindustria, Marchionne confirma las inversiones para Mirafiori, donde se producirá un nuevo SUV Jeep, y para Pratola Serra (Avellino), donde Fiat producirá un nuevo motor para Alfa.
A continuación publicamos el texto completo de la carta enviada por el director general de Fiat al presidente de Confindustria:
“Querida Emma, en los últimos meses, luego de años de estancamiento, se han tomado dos importantes decisiones en nuestro país con el objetivo de crear las condiciones para el relanzamiento del sistema económico. Me refiero al acuerdo interconfederal de 28 de junio, del que Confindustria fue impulsor, pero sobre todo a la aprobación por el Parlamento del artículo 8 que prevé importantes instrumentos de flexibilidad así como la extensión de la vigencia del acuerdo interconfederal a los acuerdos alcanzado antes del 28 de junio”.
"Desde un comienzo, Fiat manifestó al Gobierno, a Confindustria y a las organizaciones sindicales su pleno reconocimiento por las dos disposiciones que habrían resuelto muchos puntos cruciales en las relaciones sindicales, garantizando las certezas necesarias para el desarrollo económico de nuestro país. Esta nueva marco, en un momento de particular dificultad para la economía mundial, habría permitido a todas las empresas italianas enfrentarse a la competencia internacional en condiciones menos desfavorables que las de sus competidores. Pero con la firma del acuerdo interconfederal el 21 de septiembre se inició un acalorado debate que, con posiciones contradictorias e incluso con declaraciones de voluntad de evitar la aplicación de los acuerdos en la práctica diaria, ha reducido mucho las expectativas sobre la efectividad del artículo 8” .
“Existe, por lo tanto, el riesgo de distorsionar la estructura prevista por la nueva ley y limitar severamente la flexibilidad de gestión. Fiat, que se dedica a la construcción de un gran grupo internacional con 181 plantas en 30 países, no puede permitirse operar en Italia en un marco de incertidumbres que la alejan de las condiciones existentes en todo el mundo industrializado. Por estas razones, que no son políticas ni tienen relación con nuestros futuros planes de inversión, confirmo que, tal como se anunció en la carta del 30 de junio, Fiat y Fiat Industrial han decidido dejar Confindustria con efecto a partir del 1 de enero de 2012. Estamos evaluando la posibilidad de colaborar, en formas a convenir, con algunas organizaciones territoriales de Confindustria y en particular con la Unión Industrial de Turín”.
“Por nuestra parte, utilizaremos la libertad de acción aplicando estrictamente las nuevas disposiciones legislativas. Las relaciones con nuestros empleados y con las organizaciones sindicales se gestionarán sin afectar los derechos de los trabajadores, en pleno respeto de las funciones recíprocas, tal como prevén los acuerdos ya alcanzados para Pomigliano, Mirafiori y Grugliasco. Es una decisión importante, que evaluamos con mucha seriedad y atención, que no podemos eludir porque no pretendemos dejar de ser protagonistas en el desarrollo industrial de nuestro país”.